La reunión de cancilleres del Mercosur prevista para este martes en Buenos Aires para abordar la estrategia comercial del bloque y que se había postergado una semana, se aplazó de nuevo sin fecha pues no se llegó a un acuerdo respecto a los cambios en el arancel común, confirmaron a Efe fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.
Estaba previsto que en ese encuentro, en el que también participarían los ministros de las carteras económicas de los cuatro Estados miembros, se abordara la revisión del llamado arancel externo común (AEC) y la agenda de negociaciones externas, en un momento de fuertes diferencias de criterios entre Argentina -que ostenta la presidencia semestral del bloque- y Brasil y Uruguay.
NO HAY FECHA PARA UNA NUEVA REUNIÓN
Según concretaron este lunes desde la Cancillería, el motivo del nuevo aplazamiento es que el Gobierno de Alberto Fernández hizo una «nueva contrapropuesta» respecto al arancel a los países del bloque «y aún no hubo respuesta», por lo que se descarta celebrar la reunión hasta que no se llegue a un «mínimo» acuerdo de base.
Esa propuesta, agregaron, está orientada a ampliar la bajada «del 10 % al 75 % de los productos y se estipulan diferentes plazos de inicio de la misma, según cada país».
El arancel externo común (AEC), establecido en 1994 y cuyo proceso de revisión comenzó hace 2 años, está fijado en un máximo del 35 %, pero el promedio aplicado es del 12 %, frente a una media global de 5,5 %.
Mientras Brasil pide una reducción arancelaria sustancial y amplia, Argentina prefiere rebajas más moderadas y selectivas, que no afecten manufacturas nacionales sin capacidad para competir con importaciones desde otros mercados.
Además, Uruguay y Brasil plantean la necesidad de flexibilizar las normas que impiden que los miembros del Mercosur negocien acuerdos comerciales con otros mercados de manera independiente, y Argentina insiste en la unidad.
TENSIÓN ENTRE LOS MIEMBROS
La anterior reunión de cancilleres y los ministros del área económica de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay -miembros del Mercosur- se produjo el 25 de abril pasado, apenas un mes después de que se hicieran patentes las diferencias durante la cumbre presidencial en la que se conmemoraron los 30 años de la creación del grupo.
En esa cita, también virtual, el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, advirtió que el Mercosur «no puede ser ni debe ser» un «lastre» o un «corsé» para los miembros de la unión.
En respuesta, el argentino Alberto Fernández -que despliega en el país una política más enfocada a restringir importaciones para reforzar la industria local- rechazó esa idea del uruguayo que, a su juicio, «ayuda poco a la unidad». Y se mostró tajante: «No queremos ser lastre de nadie. Si somos un lastre, que tomen otro barco».
EFE
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