El Gobierno argentino cedió este jueves a la Administración General de Puertos (AGP) el control por un año de la vía de transporte fluvial que integran los ríos Paraná y Paraguay, una ruta navegable de unos 3.500 kilómetros que es clave para la salida de buques cargueros al Atlántico.
La medida, publicada en el Boletín Oficial a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia y que lleva la firma del presidente argentino, Alberto Fernández, pone punto y final a la concesión que estaba en manos de un consorcio integrado por la compañía belga Jan de Nul y la argentina Emepa.
La concesión caducó en abril pasado, pero el Gobierno argentino decidió extenderla durante 90 días, hasta el 30 de julio, en aras de llamar a una licitación para adjudicar las operaciones de dragado y balizado de la vía a un nuevo operador.
En cualquier caso, la disposición oficial de este jueves recuerda que esta hidrovía tiene «una importancia estratégica para el desarrollo económico de la República Argentina» y que la libre navegación en «condiciones competitivas» constituye una «política de estado».
También subraya la necesidad de «preservar el interés público» en relación a la «adecuada administración» de esta vía navegable, con el objetivo de evitar situaciones que puedan alterar el funcionamiento normal de los puertos, una circunstancia que tendría «consecuencias negativas para el comercio exterior y para el desarrollo de las economías regionales de la República Argentina».
Por ello, el decreto otorga el control hidrológico de esta ruta a la AGP por un plazo de doce meses prorrogables, hasta que se certifique «la toma de servicio por parte de quien o quienes resultaren adjudicatarios de la licitación encomendada por el decreto número 949/20».
RECLAMOS POR EL CONTROL DE LA HIDROVÍA
Esta decisión se produce apenas diez días después de que varias personalidades del oficialismo argentino pidieran que el Estado tomase el control y la administración de la Hidrovía Paraná-Paraguay.
Este grupo, integrado por parlamentarios, alcaldes, dirigentes sindicales y empresariales, economistas y académicos allegados al oficialismo, reclamó en una carta que la hidrovía no continúe más en manos privadas, sino que sea el Estado el que tome el control definitivo y la administración de la red troncal fluvial.
La Hidrovía Paraná-Paraguay es la vía de salida del 70 % de las exportaciones de Argentina, principalmente granos y derivados.
Por ese sistema se transportan cargas procedentes no solo de Argentina sino también de Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay.
Además, es una de las vías navegables naturales de mayor longitud del planeta, con 3.442 kilómetros por los que transitan unos 6.000 buques por año y que recorre el sistema de los ríos Paraná y Paraguay hasta el Río de la Plata, que desemboca en el Atlántico.
EFE
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