Por Santiago Carbone
Marcar uno de los goles de la victoria de tu equipo en un día que jamás olvidarás, enfrentarse por primera vez a un estadio lleno y disfrutar de una goleada, o sufrir una de las pocas expulsiones que tuviste en tu carrera.
Esas son algunas de las experiencias que exfutbolistas como Juan Carlos Blanco, Marcelo Romero, Rubén Sosa o Gregorio Pérez han querido compartir con Efe a pocas horas del choque de octavos de final de la Copa Sudamericana entre el Nacional y el Peñarol, el Clásico uruguayo que no se juega a nivel internacional desde 1999.
Los 44 Clásicos disputados en la Copa Libertadores, la Copa Mercosur o la Supercopa Sudamericana, que hasta el momento dejaron 15 triunfos aurinegros, 11 tricolores y 18 empates, permitieron a sus protagonistas escribir en las páginas más importantes de la historia del fútbol uruguayo.
UN DÍA DE FELICIDAD COMPLETA
El 30 de marzo de 1971 es un día que quedará para siempre en la memoria del histórico Juan Carlos Blanco, dos veces campeón de la Libertadores con el Nacional.
En el último encuentro de una fase de grupos también integrada por dos equipos bolivianos, el tricolor venció a su clásico rival por 2-0 con una anotación suya.
A los 75 minutos, una habilitación de Ildo Maneiro permitió al que fuera lateral derecho vencer al portero Ladislao Mazurkiewicz y decretar el primer gol.
«Para mí, ser defensa y hacerle un gol a Peñarol fue espectacular porque, además, ese día por la mañana nació mi segunda hija. Fue un día realmente inolvidable», dice ‘Cacho’ Blanco, quien asegura que la pequeña llegó con un pan debajo del brazo.
Ese año, el Nacional se consagró campeón de la Libertadores tras vencer en la final al argentino Estudiantes, que contaba con el histórico Juan Ramón ‘Bruja’ Verón.
Sobre los Clásicos disputados en esa época, Blanco subraya que eran encuentros entre equipos «protagonistas en América» y que, año a año, tenían la expectativa de alzar la copa.
Otro que también vivió una noche inolvidable fue Marcelo Romero, quien, tras jugar varios años en el Peñarol, pasó al Málaga español, donde estuvo entre 2001 y 2007.
El 27 de febrero de 1997 por la extinta Copa Mercosur, el equipo aurinegro goleó 1-4 al Nacional. Ese día, el ‘Gato’ defendió por primera vez la camiseta del que era su nuevo equipo, al que llegó procedente del Defensor Sporting.
«Recién llegaba a Peñarol y era todo nuevo para mí. Estaba a reventar el estadio, yo nunca había jugado con tanta gente», recuerda Romero, quien destaca que este jueves faltará «el alma y el corazón del partido», que es el público.
Además, recuerda una divertida anécdota ocurrida cerca del final del encuentro, cuando su entonces entrenador, Gregorio Pérez, lo sustituyó por Nicolás Rotundo.
En el momento de abandonar la cancha, el público aplaudió en pie coreando su apellido; lo que el ‘Gato’ no advirtió es que, detrás de él, iba su compañero Luis Alberto Romero, receptor de esa ovación.
«Yo me fui contento igual, como si fueran para mí. Después me reía solo», puntualiza.
UN DUELO QUE SIEMPRE HAY QUE GANAR
El propio Pérez dice que los encuentros entre estos equipos son «muy especiales» y «con mucha historia en el fútbol del mundo».
Aunque no recordó ninguna anécdota en particular sobre los clásicos internacionales que dirigió, sí rememoró que el primero que se jugó por la Copa Libertadores de 1998 no se jugó en Montevideo, sino en el Campus Domingo Burgeño Miguel, de Maldonado (sureste).
En aquel duelo, su equipo ganó 1-2.
El histórico Rubén Sosa, presente en varios Lazio-Roma, Inter de Milán-Milán o Borussia Dortmund-Schalke 04, también se apuntó a la serie de clásicos internacionales entre uruguayos.
En uno disputado en 1998, el atacante del Nacional vio la tarjeta roja cuando apenas corrían 15 minutos de un juego en el que Peñarol logró la victoria.
«Creo que me echaron dos veces en mi carrera, una fue esa», dice Sosa, quien destaca que esos encuentros se vivían con mucha intensidad y que, en caso de derrota, él no salía de casa más que para entrenar y no atendía el teléfono durante días.
Para el ‘Principito’, conseguir una victoria clásica es «como ganar todo el año».
Este jueves, sin público en las tribunas y con un árbitro argentino impartiendo justicia, el Nacional y el Peñarol estarán una vez más frente a frente en el duelo que nadie quiere perder, buscando escribir una nueva página de recuerdos y anécdotas.
EFE
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