Por Alejandro Prieto
La evidencia de una peligrosa conspiración llega a manos de cinco adolescentes y desencadena la misión secreta a la que el escritor uruguayo Daniel Baldi da vida en las páginas de su último libro con un inesperado coprotagonista: el futbolista Diego Godín.
La historia, que trae de vuelta a los hermanos protagonistas de «Los Mellis: un verdadero equipo», novela de aventuras publicada en 2012 en la que Baldi incorporó asuntos como la inclusión de personas discapacitadas o las drogas a la literatura juvenil, surgió casi como un escape de «plena pandemia».
UNA HISTORIA «PLANDÉMICA»
Así lo expresa en diálogo con Efe el exfutbolista y autor de 22 novelas juveniles, quien asegura encontrar en su escritura «un refugio» y una vía de concretar con ficción los cambios que cree necesarios en la vida real.
«Arranqué a escribir un manuscrito con todo lo que estábamos viviendo con el tema de la pandemia, con el ‘Quedate en casa’, con muchos de los protocolos que rayaban a veces el absurdo y (…) cómo veía que las voces disidentes de lo que estaba sucediendo eran censuradas en las redes sociales», apunta.
Impulsado por su «espíritu curioso», el escritor asegura que encontró «protocolos de la gente que maneja las redes y hoy también está detrás de las vacunas» que «preveían lo que sucedería cuando hubiese una pandemia» y así comenzó a evaluar la posibilidad de que hubiera «algo digitado» detrás de la covid-19.
«Quizás sí, quizás no, y ahí se me aventuró una historia en la cabeza que no me imaginaba que iba a terminar siendo de ‘los Mellis’ porque empecé el manuscrito con (la historia de) un ingeniero que está escribiendo un cuaderno que contiene información muy delicada», puntualiza.
GODÍN AL RESCATE
Así surge, editado por Loqueleo Santillana, «Los Mellis: el cuaderno azul», la segunda parte del cuarto libro de Baldi en la que no falta un condimento clave presente en casi todas sus novelas, el fútbol.
Y es que el escritor dedicó parte de su vida a este deporte; jugó en los clubes locales Plaza Colonia, Peñarol, Cerro y Danubio, así como en el Cruz Azul de México, el Nueva Chicago de Buenos Aires, el Mineros de Venezuela y el Treviso de Italia.
En esta oportunidad, como adelanta la ilustración de portada, es el capitán de la selección uruguaya, Diego Godín, quien termina enredado en la historia de los mellizos y sus amigos de una forma particular: los adolescentes acuden a él buscando un portavoz que no sea censurado al develar la existencia de la arriesgada conspiración.
«Ellos tienen muy pocas esperanzas de que les preste atención pero Diego (Godín) finalmente logra leer el cuaderno y decide ayudarlos. Ahí empieza toda la misión y la aventura en el libro», subraya.
La participación del ‘Faraón’, actual defensa del Cagliari italiano, no es casual, ya que el futbolista, al igual que el propio Baldi y los personajes de Los Mellis, es oriundo del departamento (provincia) de Colonia (oeste), donde tiene lugar la historia.
A su vez, mientras trabaja como gerente de la Fundación Celeste, creada y gestionada por jugadores uruguayos de fútbol para fomentar los valores del deporte en la educación de niños y adolescentes, Baldi manifiesta que charló con Godín y obtuvo su visto bueno antes de incluir su participación en el relato.
«Nunca me hubiese atrevido a ponerlo (sin preguntarle) porque capaz que se ofendía. Le di el manuscrito, lo leyó y me dijo: ‘Te autorizo, me encanta la historia y me llena de orgullo que lo hagas'», expresa.
Además, en sus redes sociales, la editorial publicó un video en el que el capitán anuncia que la novela ya está disponible en librerías uruguayas y anima a comprarla para conocer la ficticia aventura.
ESTUDIO, LUEGO JUEGO
Al tiempo que subraya que si logra «germinar un espíritu crítico» en los lectores, el libro habrá hecho el «gol» que busca, Baldi reflexiona sobre su recorrido como exfutbolista devenido en escritor.
«Al principio era toda una novedad, algo llamativo, un futbolista escribiendo, pero hoy en día tengo 22 libros, ya mi etapa de futbolista es como que quedó en el olvido, ya soy el escritor, lo que no me incomoda en absoluto», apunta.
Si bien dice entre risas que ya casi no juega al fútbol porque siempre «termina lesionado», Baldi es enfático en su consejo a los jóvenes de que, además de jugar y entrenarse, «estudien toda su vida».
«A la larga o a la corta tener cierto nivel intelectual es necesario en la vida en cualquier orden, ni que hablar en el deporte donde las emociones se trabajan muchísimo», concluye.
EFE
Comentarios