Peñarol hizo valer la victoria de visitante por 1-2 y apeó este jueves a su tradicional rival, Nacional, pese a caer por 0-1 en el estadio Campeón del Siglo en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Ahora, Peñarol se verá las caras con el Sporting Cristal peruano en los cuartos de final del segundo torneo más importante del continente.
En un juego trabado, el carbonero se impuso y en ningún momento pareció tener en riesgo su clasificación a pesar del gol del Nacional en el minuto 99 gracias a un cabezazo del defensor Guzmán Corujo.
El partido comenzó con Nacional intentando jugar en ataque aunque sin certezas mientras que Peñarol se protegía en su terreno.
Con el correr de los minutos el equipo local tomó el balón y comenzó a manejarlo a su gusto, fundamentalmente por las bandas y con acciones de riesgo que, sin embargo, no tenían claridad.
A partir del minuto 30 el partido tomó otro giro y ya los tricolores comenzaron a hacer sentir su presión en busca de abrir el resultado que tanto necesitaban tras la derrota en su casa.
El segundo tiempo comenzó con Nacional a pura intensidad, con dominio territorial y buscando supremacía en ataque, mientras que el Peñarol se refugiaba en su campo y se defendía con pelotazos largos.
A los 50, Nacional tuvo la primera llegada de riesgo del partido en la cabeza de su capitán y goleador, Gonzalo Bergessio, pero que fue bien controlado por el portero, Kevin Dawson.
Así fue la tónica de los primeros minutos del segundo tiempo, con Nacional bombardeando el área aurinegra pero sin puntería. Recién a los 60 el Peñarol tuvo una ocasión clara en la cabeza de su goleador Agustín Álvarez, que pasó apenas afuera de la portería.
Pese a la presión que intentó ejercer Nacional y a los cambios ofensivos del entrenador, Alejandro Cappuccio, lo cierto es que el Peñarol se acomodó y comenzó a tener todas las acciones de peligro.
El final estuvo lleno de faltas, discusiones, agarrones, algún codazo y las expulsiones de los centrocampistas de ambos equipos Felipe Carballo y el argentino Damián Musto.
Peñarol cumplió con uno de los cruces más importantes en décadas, ya que era la primera vez en este siglo que los dos equipos más importantes de Uruguay se enfrentaban en un torneo internacional.
EFE