Por Santiago Carbone
Amante de la piscina y del trabajo colectivo, la uruguaya Cecilia Mari encontró en el waterpolo su deporte perfecto, ese que este año la llevará a Estados Unidos, la tierra del último campeón del mundo en categoría femenina.
Este será un paso más de los que viene dando la deportista de 24 años, quien ya entró en la historia al convertirse en la primera mujer nacida en el país sudamericano en defender a un equipo del exterior, cuando jugó en la liga chilena.
A pocos días de emprender su nueva aventura, Mari recibe a Efe en la piscina del club en el que tiene su escuela de waterpolo, donde cuenta sus últimos pasos en Uruguay y las dificultades de competir en un país en el que solo hay dos equipos femeninos de su especialidad.
DE MONTEVIDEO A LOS ÁNGELES
«Yo lo busqué bastante, era algo que quería hacer», afirma la waterpolista sobre la que será su próxima experiencia en Norteamérica.
Allí defenderá al Chaffey College en Los Ángeles, lugar en el que también estudiará kinesiología durante dos años.
«Sin dudas, Estados Unidos tiene toda una estructura, tanto deportiva como académica, que es lo que te permite estudiar y jugar a la vez y es un poco lo que yo buscaba. Eso hace que, al crecer, puedas acompañar con el deporte y, sin duda, tiene un nivel excepcional», apunta Mari.
De esta forma, la uruguaya cumplirá un sueño por el que ya avanzó el año pasado y que, en ese momento, no pudo concretar por la pandemia de la covid-19.
Dentro de sus objetivos, uno es mejorar su nivel deportivo, algo que ya estuvo hablando con quien será su nueva entrenadora.
«Ya ha visto cosas que tengo que mejorar que yo misma lo sé, aspectos técnicos, cosas que me faltan de no tener un entrenador que me sepa trasmitir esos conocimientos y la competencia continua como para ir mejorando», puntualiza Mari.
Con esa ilusión, la waterpolista partirá hacia Estados Unidos, donde coincidirá con la también uruguaya Camila Kirschembaum, quien estudiará y jugará baloncesto en la Universidad de Binghamton.
Viejas conocidas de la época en que Mari practicaba el deporte de la pelota naranja, ambas ya acordaron que se encontrarán allí, pese a los cerca de 4.000 kilómetros que las separarán.
IMPULSAR AL WATERPOLO EN URUGUAY
En Estados Unidos, la waterpolista se encontrará con un mundo totalmente distinto al que vive en su país, donde apenas hay dos equipos femeninos que practican su deporte.
Esa falta de competencia es uno de los factores que han hecho que Uruguay se encuentre lejos de sus principales rivales a nivel continental, algo que las jugadoras notan cuando se enfrentan a sus pares de otros países.
Frente a esta situación, Mari no se rinde y asevera que le gustaría hacer crecer el waterpolo en el país sudamericano. «Me parece que es un deporte muy rico y que estaría bueno que se conozca más en Uruguay», dice Mari.
De acuerdo con esto, destaca lo mucho que este puede aportar a los niños.
«Más allá de ser un deporte colectivo es en un ambiente donde no estamos normalmente, es en el agua, y creo que al niño le da muchísimas herramientas desde todos los aspectos. Está jugando en un equipo y eso ya lo ayuda a nivel social, está aprendiendo a nadar», puntualiza.
Con esa pasión que muestra, la misma que le permitió sumar experiencias en Chile y en España, Mari ya se prepara para emprender una nueva aventura en Estados Unidos.
Allí, en la tierra del último campeón del mundo en categoría femenina, y pese a que todavía desconoce las experiencias que le esperan en Estados Unidos, sabe que tendrá todo a disposición para cumplir sus objetivos y seguir escribiendo su historia.
EFE