El Gobierno resolvió aumentar el porcentaje de tetrahidrocannabinol (THC) -el principal componente psicoactivo- de la marihuana con fines recreativos que se comercializa en las farmacias del país desde 2017 y pone la mira en modificar regulación para permitir el acceso a turistas.
Así lo informó este lunes en rueda de prensa el secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND) del país, Daniel Radío, quien dijo que, si bien no cree que para esta temporada turística pueda llevarse a cabo, se está estudiando de qué manera modificar la normativa para permitir que más adelante los turistas accedan al cannabis e incluso pueda representar algún atractivo para la llegada de visitantes.
Radío sostuvo que, en la medida en que en los clubes cannábicos del país se planta y consume una marihuana con un porcentaje de THC que supera el 20 %, la JND resolvió autorizar una variante «que oscile alrededor del 10 % para la venta en farmacias» y que ya estaría siendo plantada para comercializarse en los próximos meses.
«Será para tratar de recuperar el mercado o de fidelizar el mercado que tenemos actualmente», puntualizó, y aseguró que también se prevé reducir el porcentaje de cannabidiol (CBD), el componente que modula el efecto psicoactivo.
Actualmente, según el Instituto de Regulación y Control del Cannabis del país (IRCCA), las farmacias uruguayas comercializan dos variedades, ALFA y BETA, que contienen un porcentaje de THC menor o igual al 9 % y un porcentaje de CBD igual o superior al 3 %.
El precio actual de venta al público del envase de cannabis recreativo de cinco gramos de flores es de 370 pesos uruguayos (unos 8 dólares).
La venta de cannabis para uso recreativo en farmacias comenzó en Uruguay el 19 de julio de 2017, es decir tres años después de que el Parlamento aprobara, durante el Gobierno del expresidente José Mujica (2010-2015), la Ley de Regulación de la Marihuana.
Con esta medida el país completó la puesta en marcha de las tres vías de acceso recreativo al cannabis que estipula la ley, ya que esta también habilitó desde 2014 el autocultivo y los clubes de cultivadores.
La medida situó a Uruguay como pionero en iniciar una lucha contra el narcotráfico que se apartó del prohibicionismo y el castigo y priorizó una política sanitaria para reducir los riesgos y daños del consumo de estupefacientes.
EFE
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