Más de mil niños pertenecientes a 57 instituciones educativas participaron del concurso de cuentos de Teletón. En total, se recibieron 326 relatos de alumnos de escuelas y colegios de Canelones, Cerro Largo, Colonia, Flores, Florida, Montevideo, Paysandú, Río Negro, Rocha, Salto, San José, Soriano y Tacuarembó.
No es necesario cubrir las diferencias escrito por Juana Buonomo, estudiante de quinto año del Colegio Richard Anderson, de Montevideo, resultó ser el ganador.
Camila Miranda, alumna de cuarto año de la Escuela N° 6, Carmelo obtuvo el tercer premio.
Tercer puesto: Alexa y sus malas actitudes.
Camila Miranda
Cuarto año Escuela N° 6, Carmelo
En una pequeña ciudad, una niña llamada Alexa vivía, quien tratar muy bien al resto no sabía. Que debía ser buena su mamá siempre le repetía, pero la muchacha simplemente no entendía.
En los recreos de la escuela siempre jugaba con sus amigas, las cuales le decían ‘’Alexa, a compartir debes empezar, si sola no quieres estar’’, pero Alexa caso no hacía y con su egoísmo las comenzó a alejar. Poca importancia le tomó, ya que hacer amigos nuevos logró. Esta vez con un niño llegó a parar, a quien siempre le decía cosas por no poder caminar.
— Yo te he dado mi amistad, mas eso no parece importar. Si mal conmigo te vas a comportar, será mejor que nos comencemos a distanciar — Ignacio dijo, un poco enojado, pero más que nada dolido.
— ¡No me interesa! ¡Otro amigo voy a conseguir y en tu cara me voy a reír!
«Así lo exclamó y tal como lo exclamó, lo cumplió.
Fauna el nombre era de su nueva amiga, una niña de piel oscura y con pecas hasta en la pera. Alexa con aquello no estaba muy contenta, así que a Fauna de lado dejó y con Emily una nueva amistad estableció. Aunque aquello mucho no duró, ya que los gustos de su nueva amiga, todo lo cambió.
— ¿Por qué me cuesta tanto encontrar un amigo normal? —Alexa se quejó, pateando el suelo, donde un pequeño agujero dejó—. Unas que solo mis cosas quieren pasar, uno que no puede caminar, otra que a mí no es igual, y la última que de otros juegos viene a gustar.
Al cerca estar su maestra, todo lo que dijo pudo escuchar. Un poco desconcertada por las palabras de su alumna, a ella se decidió acercar.
— ¿Acaso alguna de ellas es una mala cualidad? — preguntó la mujer, mostrando sincera curiosidad. Alexa simplemente la miró, y ninguna palabra de su boca salió.
— Todo lo que decimos viene con un peso. Tal vez no lo sepamos, pero siempre debemos tener cuidado, ya que no sabemos a quién le haremos daño. Ser diferente no es malo, es algo que debe ser celebrado. Yo antes a vos me parecía, hasta que de casualidad a un sabio escuché, el cual decía: ‘’Si amigos quieres tener, entonces amable debes ser. No juzgues a la gente por su parecer, o el mundo de tristeza va a padecer. Debemos apoyar a quienes nuestra ayuda necesitan, y brindar un lugar seguro, pues no queremos que entre nosotros haya un muro’’—. Su maestra le aconsejó.
Alexa un abrazo a su maestra le dio, mostrando su agradecimiento, y así, por todo el patio corrió. A sus amigos les pidió perdón, admitiendo su error y esperando ya no causarles más dolor. Uno por uno, abrazos repartió. No todos aceptaron su disculpa, mas eso bien estaba, ya que entendía que perdonar a veces costaba. A lo lejos escuchó al timbre sonar, el recreo acababa, y ¡el tiempo cómo volaba!
Con una sonrisa, la mano de su amiga Emily tomó, y junto a ella en su salón se sentó, lista para aprender y con sus compañeros un largo viaje emprender. Todavía niños eran, por lo que mucho conocimiento les faltaba por ganar, pero con grandes amigos y una mente abierta, sabía que del camino iba a disfrutar.
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