Desde el 17 de marzo de 2020, cuando Uruguay cerró sus fronteras por la crisis sanitaria por la covid-19, mucho se ha hablado del retorno del turismo extranjero al país y por ello ahora, casi 18 meses después, la reapertura progresiva que inicia este miércoles llena de esperanzas al sector.
Luego de tanto tiempo, el vapuleado sector turístico en Uruguay ve una luz al final del túnel ya que los extranjeros que cuenten con propiedades en el país pueden ingresar. Pero es solo el comienzo.
Esta etapa aprobada días atrás y que todavía está en un periodo de mejoras y adaptación por parte de las autoridades -como también de los visitantes- hace que los primeros días se prevea un bajo nivel de ingresos, según detalla a Efe el viceministro de Turismo, Remo Monzeglio.
Desde enero de 2021 hasta el 31 de agosto solo estaba habilitada la entrada de extranjeros residentes en el país, tripulaciones de aeronaves y barcos, transportistas, diplomáticos acreditados, casos de reunificación familiar o por fines económicos, bajo expresa autorización del Ejecutivo.
A partir de este miércoles, quienes pueden ingresar son aquellos propietarios que tengan dos vacunas junto a sus parentescos de primer y segundo grado -todos deberán entrar al mismo tiempo-.
Tras meses sumamente complicados en el inicio de 2021, con un incremento exponencial de positivos y muertes, a partir de julio la realidad fue otra y actualmente la situación sanitaria en Uruguay sigue mejorando con 385.078 casos positivos de covid-19 (1.176 activos) y 70,94 % de la población con dos dosis de vacunas.
«Es una puerta que se abre, porque si bien no son turistas convencionales, estamos hablando de gente que ha invertido en el país, hace turismo. Para nosotros es muy importante que tuvieran la posibilidad de ingresar antes que el resto», sostiene Monzeglio.
Los vecinos de Argentina son quienes se espera que acudan a esta posibilidad de ingresar a visitar a aquellas propiedades que desde hace un año y medio no pueden ver. De hecho, el entonces ministro de Turismo, Germán Cardoso. -que renunció días atrás tras acusaciones de compras irregulares- había afirmado que se estima que son unos 90.000 los argentinos propietarios.
Pero tampoco se piensa que la llegada sea únicamente para turismo porque se espera «un efecto inmediato» de tramitar su documento de identidad uruguayo.
Esta apertura es el inicio de un incremento exponencial del turismo que tendrá su apogeo el 1 de noviembre cuando la barreras se levanten definitivamente y todos los extranjeros -que cuenten con dos dosis de vacuna anticovid y un test PCR negativo- podrán entrar.
«El sector turístico está esperanzado. Ya lo está con esta situación de ingreso de propietarios porque conlleva que van a trabajar más algunos hoteles, porque no todos se quedan en la casa, hay gente que hace obras de mantenimiento, obviamente restaurantes y comercios van a trabajar más. Hay un ambiente de optimismo que acompañamos», concluye.
LA MIRADA LOCAL
Uno de los sitios afectados por esta nueva etapa son los departamentos del litoral oeste, ya que la diferencia de tipo de cambio hace que pueda haber un aluvión de uruguayos viajando a consumir al país vecino cuando este también abra las fronteras.
En este sentido, los intendentes de Río Negro y Paysandú , Omar Lafluf, y Nicolás Olivera, respectivamente, coinciden en que es positivo que argentinos y uruguayos comiencen a reencontrarse tras tanto tiempo separados pero reconocen la importancia de estar preparados para evitar un gran impacto negativo en el comercio local.
«Ha sido un castigo fuerte lo que ha pasado desde marzo de 2020, por lo tanto aplaudimos la apertura de la frontera, pero también tenemos que defender nuestras poblaciones ya que la actividad de nuestros departamentos ha aumentado en forma importante en la medida de que está prohibido el pase hacia el lado argentino», detalla Lafluf.
Olivera, en tanto, enfatiza que están expectantes «del proceso inverso» para cuando los uruguayos puedan ir hacia Argentina e intentarán encontrar alternativas para que ello afecte lo menos posible.
«Es una noticia necesaria. No podemos pensar que después de años de un proceso de integración que tenemos con los argentinos, que los puentes sigan cerrados. Es algo que todos queremos que se de pero en un formato que no nos termine lastimando fruto de esas diferencias cambiarias», explica.
EFE