El crecimiento de la población y las aguas más cálidas del Atlántico sur atraen a más ballenas francas y jorobadas a las costas de Uruguay, Rio Grande do Sul y Santa Catarina en 2021 para el deleite de observadores e investigadores, destaca MetSul.
Las ballenas ofrecen un espectáculo anual en los mares del sur, pero en 2021 el espectáculo ofrecido en las aguas del Atlántico Sur ha sido aún mayor para el deleite de los observadores en Uruguay, Rio Grande do Sul y Santa Catarina. A la gira anual de ballenas débiles australes de este año se suma una mayor aparición de ballenas jorobadas atraídas por las aguas más cálidas del mar que las acercó a la costa.
El período comprendido entre los meses de julio y octubre de cada año marca el milagro de la naturaleza en la región. En Uruguay, la ballena franca austral visita las costas de los departamentos de Maldonado y Rocha. Esta es una ruta de avistamiento con más de 55 millones de años de evolución y requiere la responsabilidad de los observadores.
Uruguay, que se toma en serio la protección ambiental, mantiene una coordinación entre el gobierno, universidades y organismos ambientales para la observación, protección y estudio seguro y responsable de las ballenas en su ruta migratoria, lo que ha brindado invitaciones internacionales para involucrarse en otros proyectos de investigación como el Islas Georgia del Sur.
Uno de los grupos más dedicados que popularizó la observación de fauna marina en las redes sociales es el grupo Fauna Marina Uruguay, que publica periódicamente imágenes de avistamientos en la costa del vecino país.
Seguimos compartiendo imágenes de las ballenas que van pasando por nuestra costa hoy le toca a La Pedrera. pic.twitter.com/lu6y2nQ5Qm
— Fauna Marina Uruguay (@MarinaFauna) September 3, 2021
Hoy, en Uruguay, desde tierra firme o a bordo de barcos, en condiciones de seguridad y con licencia de las autoridades, es posible contemplar a los gigantes del mar. Los lugareños y turistas pueden ver el característico resoplido en forma de V de las ballenas francas que llegan a la costa uruguaya para socializar, aparearse y en ocasiones parir y amamantar a sus crías.
Las costas del Océano Atlántico Sur forman parte de la ruta migratoria de la ballena franca austral. Durante el verano, se alimentan de toneladas de krill en zonas cercanas a la Antártida (Islas Malvinas y Georgia del Sur) para luego iniciar su migración hacia Península Valdés (Argentina), Maldonado y Rocha en busca de aguas cálidas y tranquilas.
Hay 90 especies de cetáceos en la actualidad, incluidas ballenas (cetáceos de aleta) y delfines (cetáceos dentados). Los cetáceos evolucionaron a partir de animales terrestres, carnívoros ancestrales, que se adaptaron a la vida marina hace unos 55 millones de años. Aún se desconoce la longevidad de la ballena franca, pero se supone que podría estar entre 50 y 70 años. La población crece a una tasa del 7% anual, luego se duplica aproximadamente cada 10 años.
Actualmente, se estima que hay entre 12.000 y 15.000 ejemplares en el hemisferio sur. Hace 400 años la idea es que fueran 300.000, pero la caza indiscriminada de ballenas para extraer el aceite y sus largos fardos redujo la población. En el primer caso, se utilizó como combustible para lámparas o cera para velas, entre otros, mientras que la barba permitía el montaje de ropa de mujer y muelles de reloj. La disminución en el uso se vio reforzada por el descubrimiento de petróleo, el surgimiento de grupos ambientalistas y los gobiernos comprometidos con políticas para cuidar a sus poblaciones y el medio ambiente.
Uruguay, a diferencia de muchos países, tiene las condiciones naturales para ver ballenas desde tierra en la costa. Los mejores lugares para ver son Playa Hermosa, Cerro San Antonio, Punta Colorada, Punta Negra, Punta del Chileno, Playa Mansa en Punta del Este entre las paradas 23 y 40, Faro José Ignacio, La Paloma, La Pedrera, Santa Teresa, Cerro Verde y Cabo Polonio.
Vía: MetSul
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