25 de octubre de 2021
Los abajo firmantes, familiares y curadores de internos del Hogar Valdense “El Sarandi”, denunciantes
ante la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH) de los hechos
sucedidos en el mes de abril de este año, en que fallecieron cinco internos a causa del COVID-19,
queremos manifestar en primer lugar nuestro franco rechazo a la respuesta del Ministerio de Salud
Pública (MSP) ante la Resolución 991-2021 de dicha Institución.
La INDDHH calificó lo sucedido como una clara y grave violación a los derechos humanos de los
residentes del hogar y encomienda al MSP a tomar todas las medidas necesarias para que hechos tan
lamentables no vuelvan a ocurrir.
Frente a ese dictamen, hasta la fecha, la única respuesta escrita del MSP fue la de manifestar que no
compartía la resolución de la INDDHH desconociendo todos los hechos documentados denunciados.
La respuesta del MSP omite nada más y nada menos que el propio MSP había transmitido al Hogar y a
los familiares que la vacunación correspondiente contra el COVID-19 se realizaría -como se venía
haciendo históricamente- en la misma fecha en que se vacunaba a los otros establecimientos de larga
estadía de la zona y con la vacuna Pfizer, la indicada para las edades y las comorbilidades de los
residentes.
Llegada la fecha indicada, se le comunicó al Hogar que no se realizaría la vacunación y se la aplazó por
28 días, con el agravante de que se administró otra vacuna distinta de la anunciada, que no era la
indicada para toda la población del Hogar, dadas las edades de algunos residentes.
Esto ocasionó que cuando se generó un foco de COVID-19, que ocurrió el mismo día en que se realizó la
primera jornada de vacunación, afectó prácticamente al 100 por ciento de los residentes y trabajadores
del hogar, lo que generó varias internaciones en centros de salud y el posterior fallecimiento de cinco
internos.
Ante esto, el MSP en su nota manifiesta que el haber vacunado previamente no habría modificado la
evolución del foco epidémico, omitiendo decir que si bien todas las vacunas son eficaces, la que daba la
respuesta inmunitaria más temprana no fue la que se suministró.
Por esto es que hablamos de cinco muertes que tenían la posibilidad de haber sido evitadas.
Con perplejidad e indignación leemos que el escrito del MSP, además de deslindar sus responsabilidades
propias, las transfiere al propio Hogar y a los familiares de los internos por no trasladarlos y vacunarlos en los distintos puestos de vacunación del país. Desconoce por tanto que el propio MSP sí concurrió en
tiempo y forma a otros establecimientos de similares singularidades a las del Hogar “El Sarandí”, con la
vacuna recomendada, seguramente en consideración a las características de la población de esos
establecimientos de larga estadía y a los riesgos operativos y de circulación que supondría el trasladar
individualmente a los internos a centros vacunatorios.
Lo anterior reafirma que existió un franco desconocimiento de las obligaciones jurídicas de garantizar y
efectivizar la plena vigencia de los DDHH a la población en situación de discapacidad del Hogar “El
Sarandí”.
Como familiares y curadores de residentes, denunciantes ante la INDDHH, nos surgen muchas preguntas
sobre esta situación tan irregular. ¿No debe el Estado velar por los derechos humanos de los más débiles?
¿Las muertes de cinco internos e internas del Hogar “El Sarandí” no son importantes para el MSP? ¿No
merece revisarse y mejorar la normativa y los protocolos para los residenciales de personas
discapacitadas, incluyendo al Hogar “El Sarandí” y a otros similares en la misma categoría de riesgo
sanitario que los ELEPEM? ¿No hay nada para decir sobre todo esto? ¿No hay nada para decir de la
utilización de una vacuna no habilitada para el conjunto de los residentes dada la edad de algunos de sus
integrantes?
¿No hay nada para decir de por qué instituciones de las mismas características del Hogar “El Sarandí”
fueron vacunadas previamente y con una vacuna diferente a la utilizada en el Hogar “El Sarandí? ¿Puede
el Estado a través del MSP dar una respuesta tan evasiva respecto de una resolución de la INDDHH y
pretender que no se generen reacciones de los denunciantes?
La respuesta recibida es una afrenta a la memoria de los fallecidos, y deja caminos abiertos para que
hechos tan tristes y lamentables vuelvan a suceder.
Estamos hablando de la situación de una institución modelo, perteneciente a la Iglesia Evangélica
Valdense del Río de la Plata, reconocida como tal a nivel local e internacional, en donde nuestros
familiares han encontrado un lugar para vivir con apoyos en cuerpo y espíritu.
Hoy, a meses de los insucesos nosotros, el personal y los propios internos que enfermaron y se
recuperaron seguimos recordando, y no olvidamos la angustia, el estrés y el esfuerzo de las autoridades
y del personal de Hogar por atender a los internos enfermos. Estos hechos no deben repetirse, y en este
sentido respaldamos la nota de respuesta de las autoridades de la Iglesia y del Hogar “El Sarandí” de
fecha 19 de octubre dirigida a la INDDHH.
Apelamos a la colaboración de los medios de comunicación y de la opinión pública para la difusión de
estos hechos, a fin de que no caiga en el olvido lo sucedido y, repetimos, solicitamos que el Estado tome
en consideración las recomendaciones del INDDHH, y que establezca planes y acciones preventivas para
que lo sucedido NO SE REPITA NUNCA MÁS.
Por familiares y curadores de internos del Hogar Valdense “El Sarandí” en calidad de denunciantes ante
la INDDHH:
Rodolfo Goyeneche, Mirta Gonnet, Olga Lago, Miguel Camacho, Damián Roselli Mailhe, Sebastián
Camacho, Mary García, Marta Martínez, María Celeste Roselli Mailhe, Susana Gonnet, Diego Roselli
Mailhe, Martha Mailhe, Bernardo Roselli Mailhe, Silvana Abatte, Daniel Roselli Mailhe, Alicia Fisher,
María Martha Roselli Mailhe, María Gabriela Roselli Mailhe.
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