Las autoridades de Uruguay y Brasil trabajan en el intercambio de información sobre posibles casos de hinchas con antecedentes que se trasladen a Montevideo para presenciar las finales de la Copa Libertadores o Sudamericana de fútbol en noviembre próximo.
Según informó este miércoles la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), el ente rector del fútbol regional «viene trabajando hace varios meses en estrecha cooperación con la policía uruguaya y brasileña», en una labor que incluye «el intercambio de información sobre personas con antecedentes».
Además, para evitar la coincidencia en los mismos lugares de hinchadas rivales, las autoridades buscan «la coordinación de acciones antes, durante y después de los eventos deportivos», explica el comunicado de la Conmebol publicado en su web oficial.
Según la información facilitada, «las caravanas de hinchas que se desplazarán desde Brasil al Uruguay serán constantemente monitoreadas y harán trayectos diferentes hasta puntos fronterizos distintos», además de que habrá puntos de encuentro en Montevideo «alejados uno de otro».
La policía vigilará las zonas exteriores de los hoteles, campos de entrenamiento y la ruta de desplazamiento de los equipos, mientras que la Conmebol contratará seguridad privada para las zonas interiores, según la misma fuente, que aseguró que en el Estadio Centenario habrá una combinación de vigilancia privada y pública.
La seguridad en el marco de esta semana deportiva que vivirá Uruguay en noviembre es uno de los aspectos que más preocupa a las autoridades locales, especialmente a raíz del intercambio de mensajes incendiarios entre las aficiones de ambos clubes, que incluso se citaban para peleas en Montevideo.
«Con el regreso del público a los estadios y la presencia de clubes brasileños de mucho arrastre y tradición en estas instancias decisivas, el tema de la seguridad se vuelve particularmente importante», acotó la Conmebol en su comunicado.
Días atrás, los presidentes de los clubes brasileños Palmeiras y Flamengo, Mauricio Galiotte y Rodolfo Landim, respectivamente, firmaron en Asunción «un compromiso para impulsar campañas contra la violencia en el seno de sus hinchadas y de promoción del espíritu deportivo y el ‘fair play’, dentro y fuera de la cancha».
Además, este lunes la Secretaría Nacional del Deporte confirmó la ampliación al 75 % del aforo permitido en los estadios, por lo que los aficionados que podrán acceder a las finales serán unos 45.000.
El Estadio Centenario, sede del primer Mundial de fútbol de la historia (1930), albergará el 20 de noviembre la final de la Copa Sudamericana entre los brasileños Athletico Paranaense y Red Bull Bragantino y, una semana después, la de la Libertadores entre el Palmeiras y el Flamengo.
Además, la capital uruguaya vivirá también la final de la Copa Libertadores femenina el domingo 21 de noviembre, en este caso en el estadio Gran Parque Central, si bien aún se desconocen los equipos participantes.
EFE