Un tribunal de Madrid juzga este martes al «parricida de Carabanchel», un uruguayo de 33 años acusado de degollar a su bebé de 19 meses y de herir de gravedad a su otro hijo de 5 años, por lo que se enfrenta a una pena de 21 años y cinco meses de prisión.
Jorge Diego C., reconoció en el juicio los hechos, pero dijo que no recuerda cómo lo hizo porque sus capacidades estaban «gravemente comprometidas» por el alcohol.
«Mis manos fueron las que cometieron efectivamente esos delitos», declaró el acusado, pero dijo que «en su mente» no recuerda haber matado a su hijo.
El presunto parricida se encuentra en prisión provisional desde el momento de los hechos, ocurridos el 28 de abril de 2014, y ha sido acusado de un delito de homicidio y otro de homicidio en grado de tentativa.
La Fiscalía pide 21 años de prisión para el uruguayo, si bien la acusación particular reclama la pena máxima de 43 años de cárcel, según la legislación española.
El procesado dejó una nota en la que justificaba su actuación «por el bien de los niños». Decía que él no quería ser una carga para nadie y expresaba su deseo de dejar sus ahorros a sus padres, por lo que daba a entender que quería suicidarse, lo que llegó a intentar en dos ocasiones.
Según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, el procesado degolló a su bebé de 19 meses con un cuchillo de cocina y acto seguido, le clavó el cuchillo por la espalda a su otro hijo de cinco años, causándole graves lesiones.
El Ministerio Público señala que Jorge Diego sufría un trastorno sicótico inducido por la ingesta de alcohol que mermaba gravemente sus facultades.
Tras el suceso, la esposa del detenido y madre de los niños declaró que la maltrataba, pero no llegó a denunciar los hechos.