Por Alida Juliani
«La educación a distancia no fue simplemente una herramienta de emergencia que usamos durante la pandemia y que luego va a desaparecer. Esto va a quedar. El futuro es híbrido», aseguró este martes en Madrid el ministro uruguayo de Cultura y Educación, Pablo da Silveira, para quien, por más tecnología que se desarrolle «la presencialidad no es sustituible».
«Por más conectividad que tengamos, la presencialidad sigue siendo inmensamente importante», dijo Da Silveira hoy en la Tribuna Iberoamericana organizada por EFE y Casa de América en la capital española.
Y lo sigue siendo, detalló, en los más pequeños, «donde el entorno afectivo es fundamental para el desarrollo de los aprendizajes, pero también en los adolescentes que necesitan mucho de la interacción social y para construir su propia identidad, así como en todas las áreas donde hay un componente práctico, desde la carpintería a la medicina».
TECNOLOGÍA SÍ, PERO CON DECISIONES EDUCATIVAS
En esta idea de una educación híbrida, se basa el programa ideado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para apoyar la Transformación Digital de los Sistemas Educativos en Iberoamérica, que tiene como objetivos «sistematizar aprendizajes, igualar las posibilidades de desarrollo de la educación a distancia, que también son muy desiguales en el mundo y atender a toda la complejidad del fenómeno».
«Los problemas educativos de fondo no se resuelven con nuevas tecnologías, se resuelven con buenas decisiones educativas eventualmente apoyadas en tecnología», indicó el ministro.
Da Silveira se refirió Plan Ceibal (Plan de Conectividad Educativa de Informática Básica para el Aprendizaje en Línea), «una muy buena experiencia en Uruguay que cumple al año que viene 15 años» y que «ha pasado por cuatro gobiernos y siempre ha sido sostenido», recordó.
Pero «también la pandemia nos ha estimulado a reformularlo en algunos aspectos fundamentales, a fortalecerlo (…) a combinarlo con otras experiencias nuevas, por ejemplo a combinarlo con televisión abierta de carácter educativo», prosiguió el ministro.
«Tenemos experiencia y aprendizajes y estamos deseando sumarnos a esta iniciativa, a compartir lo que hemos aprendido y aprender de la experiencia de otros. Sería muy importante que toda Iberoamérica avance en las condiciones de mayor igualdad posible en la dirección en la que va el mundo», remarcó.
«LOS VULNERABLES SON LOS MISMOS»
Entre los aprendizajes en el sector de la educación que el Gobierno uruguayo extrajo de la pandemia – «porque somos un gobierno de pandemia-, puntualizó Da Silveira, fue que no necesariamente «el mundo virtual fuera necesariamente distinto del de la educación presencial».
«Muchos fenómenos de la presencial se trasladan a la virtual. Los vulnerables son los mismos. Los que menos se conectan, los que terminan menos tareas en el mundo virtual son los que menos aprenden, los que más repiten, los que más temprano abandonan en el mundo real, lo que es una prueba de que esa clase de vulnerabilidad y desigualdad son realmente muy duras y hay que trabajar mucho al respecto», subrayó.
Por eso, cuando se dio el retorno a la presencialidad el gobierno uruguayo priorizó los aprendizajes en lengua materna y matemáticas «y las mediciones que tenemos indican que esa decisión fue exitosa y que hubo muy poca pérdida de aprendizaje en esas dos áreas, ciertamente hubo en las demás y tenemos que trabajar para compensarlo».
UNA FORMACIÓN «REVERSIBLE» PARA LOS JÓVENES DE LA PANDEMIA
«Si mañana se termina la pandemia, tenemos que tener claro que no se terminan los efectos de la pandemia», dijo Da Silveria en referencia a la generación de jóvenes cuyo ritmo educativo se ha visto afectado durante este tiempo.
«Es reversible», aseguró, pero «vamos a tener que trabajar todo lo que haga falta y probablemente eso significará tres años más a partir de ahora para evitar lo más grave que podría pasar, es decir que las generaciones que se vieron afectadas en su vida escolar por estos dos años terminen cargando con un estigma el resto de su vida».
«UNA ECONOMÍA CREATIVA»
El sector cultural en Uruguay, «sufrió enormemente», durante la pandemia, reconoció el ministro, aunque «fue golpeado, pero no quebrado», afirmó.
También se manifestó a favor del «importante peso» que debe tener en los planes de desarrollo del país y para ello las industrias creativas son «un factor fundamental» de las economías nacionales.
«Durante todo este tiempo nosotros hicimos una reorganización de toda el área de cultura del Estado y creamos una estructura matricial donde, por un lado hay cinco institutos que abarcan las disciplinas y, por otro lado hay programas transversales y uno de esos programas es economía creativa», explicó.
El ministro indicó que en un país pequeño como Uruguay lo peor que «uno puede hacer es dejar aislado al sector cultural», por eso se intenta combinar con otras áreas como el turismo histórico cultural, con lo educativo y con programas con los gobiernos locales.
«Estamos gastando mucho más en Cultura de lo que se gastaba antes de la pandemia», concluyó Da Silveira.
EFE
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