Por Federico Anfitti
El aniversario del fallecimiento de Tabaré Vázquez, primer presidente de izquierda de Uruguay y referente del Frente Amplio (FA), coincide en el tiempo con las elecciones de esa fuerza política, que afronta un período de renovación.
Un recambio generacional forzado por la muerte, el 6 de diciembre de 2020, de Vázquez, mandatario en dos ocasiones (2005-2010 y 2015-2020), y el implacable paso del tiempo que también apartó de la primera línea a los otros dos miembros del «tridente» de los últimos quinquenios: el expresidente José Mujica (2010-2015) y el exministro de Economía y Finanzas Danilo Astori.
Ahora, tras el fracaso en los comicios de 2019 y con el peso de ser oposición tras quince años de gobierno, el FA afronta este primer aniversario de la muerte de Vázquez en medio de la elección de su presidente, que se celebra este domingo.
El expresidente de la central de trabajadores, el PIT-CNT, y máximo favorito, Fernando Pereira; la exsenadora Ivonne Passada y el diputado Gonzalo Civila disputan el lugar ocupado por Javier Miranda hasta julio.
EMPATÍA COMO VALOR POLÍTICO
La senadora Lucía Topolansky recibe a Efe en la finca que, desde hace décadas, comparte con Mujica y, en una charla cargada de reflexiones y recuerdos, habla sobre el legado de Vázquez y los años en que fue su vicepresidenta.
«Él tenia una predisposición a la empatía, a buscar al ser humano y poder llegarle. Eso le dio una ventaja brutal en la política», recuerda Topolansky, quien en septiembre de 2017 asumió la vicepresidencia después de que Raúl Sendic renunciara al cargo por malversación.
La senadora hizo hincapié en que el exmandatario dejaba a su equipo «mucha libertad de creatividad», que era «muy dúctil y escuchaba», al tiempo que, «como todo ser humano, tuvo aciertos y errores».
Topolansky argumentó que, como su llegada a la Vicepresidencia fue «en mitad de una tormenta», se esmeró por cambiar una mala imagen y, en su opinión, eso le generó la «confianza» de Vázquez.
El Plan Ceibal -que otorga una computadora portátil a cada niño del país-, el Sistema Nacional Integrado de Salud o el juicio ganado a la tabacalera Philip Morris son algunos de los hitos que ella subraya sobre la gestión de Vázquez.
LA NECESIDAD DE «DESPABILARSE»
Con las heridas aún sin sanar por la derrota electoral de 2019, el FA afronta el relevo en la cúpula con la expectativa de comenzar a «materializar» un cambio de rumbo que fomente una renovación con vistas a 2024, los próximos comicios presidenciales.
Así lo sostiene a Efe el intendente del departamento de Canelones, Yamandú Orsi, considerado el relevo natural de los líderes más veteranos.
Para Orsi, al FA le hacía falta una lavada de cara para «despabilarse» y así, de a poco, «ir lamiéndose las heridas en la derrota».
La falta de renovación del FA se debe, según Orsi, a que la fuerza política se descansó «en los referentes» y la muestra de ello es que se pidió a Vázquez que volviera a ser candidato en 2014.
«Me considero un referente de la nueva generación, no porque sea joven, estoy arriba de los 50, pero soy uno de los referentes que estamos llamados a asumir responsabilidades a futuro que veremos cuáles son», dice.
Ante las elecciones del domingo, Orsi considera necesario «renovar ese concepto de esperanza».
PRESIDIR EL FA COMO OPOSICIÓN
«Una cosa es la Presidencia del FA cuando el partido está gobernando y otra cosa es cuando está en la oposición», dice a Efe el politólogo Daniel Chasquetti, quien considera que el peso político de liderar la fuerza política hoy es «mucho mayor».
Chasquetti sostiene que los partidos «no pueden decretar la renovación», ya que eso se logra por vía electoral y que el FA comenzó ese proceso en 2019.
Además, reconoce que la muerte de Vázquez no benefició a ningún sector en particular, ya que él siempre intentó posicionarse «por encima» de los partidos que integran la fuerza de izquierda, pese a que fue integrante del Partido Socialista.
«La herencia que deja Tabaré es para el partido. Me imagino al Frente Amplio recordándolo durante muchas décadas, sus discursos finales, su obra de gobierno, su trayectoria», apunta.
Topolansky también coincide en la necesidad de renovar la fuerza política. En su opinión, hay que prestarle «mucha atención» a los jóvenes, que deberían ser los protagonistas y, según dijo, «hay que dejar que vuelen».
EFE
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