La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) manifestó este miércoles su «preocupación» por el allanamiento en Uruguay de la emisora de radio Azul FM que permitió «requisar el contenido informativo» de un periodista que difundió audios sobre un presunto caso de violación en grupo.
En un comunicado, la organización con sede en Miami (Florida, EE.UU.) consideró que «estos episodios pusieron en riesgo la libertad de prensa al afectarse el secreto y el anonimato de las fuentes periodísticas».
El registro de la emisora de radio generó polémica y diversas reacciones en los últimos días en Uruguay, donde el pasado lunes representantes de la Asociación de la Prensa (APU) se reunieron con el fiscal de Corte, Juan Gómez.
De acuerdo con el comunicado de la SIP, el pasado 4 de febrero personal policial se presentó en la sede de la emisora para retirar grabaciones del programa «La Pecera», que conduce el periodista Ignacio Álvarez.
El operativo fue parte de la investigación judicial sobre la difusión de audios íntimos vinculados con un supuesto caso de violación sexual grupal de una mujer de 30 años, ocurrido a finales de enero en Montevideo, por el que ya fueron procesadas tres personas, detalla la organización.
La SIP añade que, a pedido de la fiscal Mariana Alfaro, la jueza Patricia Rodríguez «ordenó el allanamiento del medio» y de la residencia y oficinas de Álvarez.
También accedieron a los dispositivos electrónicos del equipo periodístico y al contenido del material audiovisual y las comunicaciones «para conocer la fuente informativa del periodista».
«Si bien no es tarea de nuestra organización juzgar el criterio editorial de los medios y de los periodistas, sí nos compete pronunciarnos a favor de la protección del derecho a la libertad de prensa y del público a estar informado sin ningún tipo de cortapisas», señaló en el comunicado Jorge Canahuati, presidente de la SIP.
Canahuati agregó que «el allanamiento a la radio para confiscar materiales probatorios representó una actitud desproporcionada por parte de la Justicia».
«Los periodistas no somos auxiliares de la Justicia, ni tampoco delincuentes a ‘prima facie’ como para que seamos atropellados con medidas forzosas que desconocen principios de libertad de prensa», criticó.
Por su parte, Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, consideró que «este caso representa un avasallamiento al derecho legal y legítimo a la protección y la reserva de las fuentes periodísticas».
Jornet tildó el caso de «despropósito que conlleva el riesgo de intimidar a otras fuentes periodísticas».
Canahuati y Jornet acotaron además que el procedimiento judicial, «tanto de fondo como de forma, mostró un sesgo peligroso que desconoce el derecho internacional y la garantía legal en Uruguay sobre la reserva de la fuente, garantizada expresamente desde hace más de tres décadas».
Se trata de un caso de presunta violación sexual grupal que conmocionó al país y generó movilizaciones presenciales y en redes sociales, indica el comunicado.
Los directivos de la SIP consideraron «productivo» el debate social sobre este suceso, algo, indicaron, que «permite entender mejor la libertad de prensa y su valor esencial en una sociedad democrática».
EFE
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