El presidente de Argentina, Alberto Fernández, aseveró este miércoles que el principal desafío del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur (IPPDH), organismo cuya secretaría Ejecutiva asume desde hoy el argentino Remo Carlotto, es terminar «con la desigualdad de la mujer» en la región.
«Tenemos por sobre todas las cosas una obligación, que es la de terminar con la desigualdad de la mujer. En el siglo XXI no es posible que exista la discriminación por género, no es posible, y eso si es una tarea que nos compete impulsar mucho», sentenció el mandatario argentino, entre aplausos, en el acto en Buenos Aires en el que asumió la gestión del IPPDH el hijo de la emblemática presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
La secretaría ejecutiva del organismo, creado en 2009 en el marco del Mercosur —integrado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay—, se encarga de la gestión técnica, administrativa, financiera y patrimonial del Instituto, y es dirigida por una persona oriunda de alguno de los Estados parte, designada por el Consejo del Mercado Común por un período de dos años.
Carlotto, que hasta ahora se desempeñaba como representante especial para Derechos Humanos en el ámbito internacional de la Cancillería argentina, fue nombrado por el Gobierno para asumir el liderazgo del IPPDH, en sustitución de la uruguaya Ariela Peralta.
«UNA SOCIEDAD MEJOR»
En su discurso, Alberto Fernández señaló que el IPPDH tiene el «enorme desafío» de recuperar políticas demoradas por la irrupción de la pandemia de covid-19, relacionadas con seguir «manteniendo viva la memoria» de las tragedias que los pueblos de la región vivieron en su historia, marcada por las dictaduras del Cono Sur en el siglo XX.
«Ninguno de nosotros queremos revivir semejantes tragedias, y la forma de evitar que se reviva es mantener viva la memoria colectiva», señaló Fernández, quien si bien reconoció que hoy en la región «las democracias imperan y los problemas de derechos humanos se aminoran mucho», indicó que hay otros desafíos, como «hacer parte de la ciudadanía a las comunidades originarias» o terminar con «cualquier forma de discriminación» por sexo, genero o raza.
«Tenemos la obligación de poner a la mujer en el lugar que se merece en el siglo XXI y la mujer hoy es una parte esencial de la sociedad argentina, y también de la sociedad en el mundo, y debe ocupar los lugares centrales a la hora de regir los destinos del país», sentenció el presidente ante, entre otras autoridades, embajadores de los países del Mercosur y representantes de organismos de derechos humanos.
Fernández subrayó la necesidad de que no solo haya proporcionalidad en los cargos públicos, sino fundamentalmente «en lo cotidiano», ya que lamentó que las empresas privadas aún tiendan a elegir al hombre y pagar peor a la mujer.
«Igualar significa dar mas derechos y yo siempre digo una sociedad que da más derechos es una sociedad mejor», indicó.
POLÍTICAS COMPARTIDAS
Por su parte, Carlotto hizo hincapié en los «enormes desafíos en este presente tan cambiado» por la covid-19.
«En donde el análisis, observación y perspectiva en la mirada compartida de los derechos humanos en nuestro bloque regional debe llevarnos a analizar en profundidad las consecuencias de la pandemia», agregó.
El nuevo secretario del IPPDH apostó por abordar una mirada «abarcativa» de los derechos humanos que no solo observe lo que sucedió durante las dictaduras, sino también ayudar a los Gobiernos a construir «políticas públicas comunes, compartidas, activas y potenciadas».
En 1977, Laura —hermana de Remo—, que era miembro del grupo guerrillero Montoneros, fue secuestrada embarazada, y torturada y asesinada por la última dictadura militar (1976-1983), un hecho que llevó a Estela de Carlotto —también presente hoy en el acto— a unirse a otras mujeres que buscaban desesperadamente a sus hijos desaparecidos y a los bebés robados por el régimen.
Los Carlotto no supieron nada del niño que Laura dio a luz en cautiverio hasta que pudieron reencontrarse 36 años después.
EFE
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