A diez días del crucial referéndum en Uruguay: ¿una elección a mitad de mandato?

Fotografía del 16 de marzo de 2022 que muestra a una mujer que participa en una actividad para promover el "SI" para el referendo del próximo 27 de marzo, en Montevideo (Uruguay). En EFE/Raúl Martínez

Por Alejandro Prieto

En 10 días, Uruguay votará si deroga o no 135 de los 476 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC), proyecto estrella del Ejecutivo de Luis Lacalle Pou, en un referéndum que puede valorarse como de rechazo o «espaldarazo» a su gestión y que cuenta con un alto porcentaje de indecisos.

Con un amplio margen, la comisión impulsada por la central sindical PIT-CNT y el Frente Amplio (FA),  superó el pasado julio las 671.544 firmas precisas para que se celebre este 27 de marzo la consulta que divide las aguas en el país.

De un lado, con papeletas color rosado, el ‘Sí’ impulsa dejar sin efecto la porción de artículos de la LUC que, entiende la izquierda, van en contra del sentir popular; del otro, con papeletas celestes, el ‘No’ busca la defensa de una norma que, dice el oficialismo, no ha hecho sino beneficiar a los ciudadanos.

¿ELECCIÓN A MITAD DE MANDATO?

Como asegura a Efe el politólogo Antonio Cardarello, en la recta final hacia las urnas la competencia es «muy fuerte»; en un tono poco habitual en Uruguay, el cruce de posturas ha llevado a descalificaciones o denuncias de pintadas y carteles en uno y otro bandos.

Es que, para Cardarello, el referéndum, en tanto atañe a una norma bandera del Gobierno, puede ser visto como una elección a mitad de mandato, proposición que, dice, hizo el FA en principio, cuando veía el viento a su favor, pero revirtió luego al afirmar que, «en realidad, es un referéndum contra la ley y determinados artículos».

«El Gobierno, por otra parte, cree que le es favorable hablar de una elección de medio período porque se apoya en los resultados de valoración del presidente y por eso el presidente encarna un poco la defensa de la ley», asevera en alusión a Lacalle, quien defenderá el «No» en rueda de prensa el 23 de marzo.

La comisión por el ‘Sí’, por su parte, emitirá un video de 7 minutos por cadena nacional un día antes.

Para el politólogo Alfonso Lessa, comparar el referéndum con las PASO argentinas es erróneo, porque si bien, cree, el referéndum esconde una intención política de «desgastar al Gobierno», la pulseada la definirán los indecisos.

«Todas las encuestas dicen lo mismo, (la votación) se va a definir por un 25 % y la gente que no conoce (la LUC) es mucho más del 25 %. Uno de cada 4 uruguayos va a definir la elección, pero sin saber bien de qué se trata», plantea y alude al voto partidario.

QUE SÍ, QUE NO

Ambos analistas coinciden, sin embargo, en que, de ganar el ‘No’ el Gobierno recibiría un «espaldarazo», mientras que si triunfa el ‘Sí’ ese impulso iría para el FA, tras un dubitativo papel de oposición al comienzo del mandato de Lacalle Pou (2020-2025).

«Si gana el ‘No’ sería una reafirmación del Gobierno, la lectura va a ser ‘vamos por el buen camino'», indica Cardarello, quien cree que, en cambio, la mayoría por el ‘Sí’ daría al FA una posición con «capacidad de negociar determinados rumbos».

Lessa subraya que un 52 % de apoyo al mandatario con dos años de pandemia detrás no es menor pero, como no es lo que se vota, sobre quién ganará en 10 días «hay muchas dudas».

Preguntada sobre qué pasará si gana el ‘Sí’, la senadora del gobernante Partido Nacional (PN) Carmen Asiaín apunta que la coalición no desoirá el pronunciamiento popular.

«No existe impedimento constitucional ni legal para que el Gobierno, con las mismas mayorías que respaldaron esta ley, votara de vuelta leyes parecidas, pero sí existe un compromiso público asumido de no ir por esa vía», argumenta a Efe.

Sobre si gana el ‘No’, la senadora del FA Silvia Nane dice que su partido hará autocrítica y mirará «hacia adelante».

Nane resalta que la derogación evitaría atropellos en políticas de vivienda, seguridad o educación y dice que la ley no contó con el debate necesario por el trámite denominado «de urgente consideración».

«Los cambios no se hacen proponiendo a la ciudadanía en un tiempo mínimo de consideración en el Parlamento leyes ómnibus», dice.

Asiaín, por su lado, defiende el ‘No’ con la convicción de que los artículos impugnados «no han perjudicado a nadie» y cree que el referéndum se debe a «la decepción de no haber sido gananciosos en las urnas», en alusión a la derrota electoral de la izquierda en 2019.

Mientras la indecisión define, resta ver si el rosa gana al celeste, lucha que se dará en las urnas uruguayas el 27 de marzo.

EFE

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