De la cábala a los recuerdos de una noche para la historia

Jugadores de Uruguay celebran al ganar ante Perú hoy, al finalizar un partido por las eliminatorias sudamericanas al Mundial de la FIFA Catar 2022 entre Uruguay y Perú, en el estadio Centenario en Montevideo (Uruguay). EFE/ Matilde Campodónico / POOL

Por Alejandro Prieto y Jacinta R. Trobo

«Sos cábala. Tenés que venir». La frase la pronunció días atrás el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Ignacio Alonso, como invitación a la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, según explicó ella en los prolegómenos del Uruguay-Perú disputado este jueves.

Y, sea superstición o no, lo cierto es que la Celeste cumplió su parte del pacto, vencer a Perú -no sin polémica final por una jugada que pudo suponer el empate para la Blanquirroja y que el VAR validó-, además de celebrar a distancia la goleada de Brasil sobre Chile (4-0), para firmar su clasificación al Mundial de Catar 2022.

La jornada marcó el más que probable adiós de referentes como Diego Godín, Edinson Cavani o Luis Suárez de la selección en unas eliminatorias -es casi segura su despedida de la Celeste tras competir en Catar-, lo que agregaba más épica a la noche del Centenario, que lució como en sus mejores noches prepandémicas.

Después de que se agotaran en 48 horas las entradas, decenas de miles de uruguayos y unos 2.500 peruanos colmaron las gradas del viejo coliseo montevideano.

Sin embargo, entre estos faltaban unos 60 aficionados peruanos que quedaron en el exterior del estadio y que, como explicaron a la Agencia EFE, fueron «estafados» por la agencia de viajes que contrataron.

Algunos procedentes directamente de Perú, otros llegados de la vecina Argentina… todos argumentaron que habían abonado una cantidad entre 300 y 500 dólares y, sin embargo, no habían obtenido la entrada para acceder al interior del recinto deportivo.

«Nos sentimos estafados», reconoció a Efe un hombre de 27 años, que no quiso desvelar su identidad, aunque sí explicó los motivos por los que había seguido a su selección por varios países.

«Perú pasa por una época de 26-28 años de no ir al Mundial antes del pasado (Rusia 2018). Mi generación no ha visto casi en toda su infancia a Perú en un Mundial. Ahora tenemos la ilusión, y por eso vinimos a ver a nuestra selección ganar», indicó.

Por su parte, María Eugenia Rojas, otra de las fanáticas peruanas que estuvieron en el lugar, dijo: «Es un largo viaje, es un inversión y queríamos ver a la selección y no pudimos entrar entonces estamos muy mal».

Pese a que estuvieron durante todo el primer tiempo a las puertas del ‘Monumento del Fútbol Mundial’ y pese a sus conversaciones con la policía, no lograron amortizar los cuatro meses de ahorros que, en algún caso, habían empleado para viajar.

No mucho más alegres quedaron sus compatriotas que sí pudieron acceder al partido. Pese a que los de Ricardo Gareca plantaron cara a los locales, el único tanto fue uruguayo, obra de Giorgian de Arrascaeta, ya que el VAR le dijo no a una jugada en la que los peruanos pidieron gol.

Casi en las postrimerías del encuentro, un disparo del peruano Miguel Trauco fue atajado por el guardameta uruguayo Sergio Rochet cuando, aparentemente, había traspasado la línea de gol.

Tanto los jugadores peruanos como los aficionados hablan de «robo» tras la polémica acción que, no obstante, no detuvo el juego y derivó en la celebración uruguaya por la clasificación para el Mundial.

Abrazos y lágrimas en el centro de la cancha, jugadores posando con sus familias para las fotografías mientras daban una vuelta al estadio… y tres referentes celebrando a su manera: Godín, arrodillado tras el esfuerzo; Suárez con un trozo de red; y Cavani, quedándose con el balón, pese a no haber anotado.

Los tres, además de Fernando Muslera y Martín Cáceres, que esta noche no vieron acción, podrían disputar su cuarto Mundial, si se concreta su ida a Catar, con lo que igualarán a Pedro Rocha como el uruguayo con más participaciones en esa competición.

Las luces del estadio y los fuegos artificiales pusieron el colofón en medio de las celebraciones de los aficionados a una noche plagada de guiños y que mantuvo a Uruguay en la historia.

EFE

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