Por Elio García |
El 17 de marzo a bordo de la DeltaCat II, Pablo Medvedeff, responsable del Departamento Comercial de Cacciola anunciaba que ahora la empresa podría cumplir con todas las frecuencias y en esa embarcación el cruce llevaría unas dos horas.
Ese día invitó a las autoridades locales a «dar una vuelta» y hubo un servicio de catering para realizar los anuncios del restablecimiento de la frecuencia y mostrar la inversión puesta en la embarcación.
El día del anuncio Medvedeff no estaba solo, entre los pasajeros llegaba Eduardo Adelinet, titular de Turismo del Municipio de Tigre, que integraba la delegación.
Semanas previas al arribo de la embarcación «hecha a nuevo», Julio Zamora, Intendente de Tigre había reunido a los empresarios para que restituyeran las frecuencias perdidas lo más pronto posible.
Anuncios de Cacciola
A partir de allí Medvedeff volvió dos veces para reunirse con operadores turísticos y autoridades locales y departamentales, anunciando el miércoles pasado la concreción de «La Ruta del Vino» y diversas cuestiones vinculadas a la venta de paquetes turísticos.
Mientras el empresario hacía su anuncio, ese mismo día, circulaban rumores que Cacciola no había llegado a puerto.
El día después de mañana
El miércoles a las 15 horas mientras Pablo Medvedeff de Cacciola explicaba los paquetes turísticos, en nuestra redacción recibíamos esta denuncia: «Cacciola no está funcionando. Vine a Buenos Aires el lunes 28, en la embarcación que no se había arreglado y casi todo el trayecto vino echando humo. Un peligro, preguntamos y nos dijeron que era problema de un turbo. Por lo que sé, a partir de ese día comenzó a haber un solo servicio. Para sorpresa hoy llego a Once para tomar el ómnibus de Cacciola que nos llevaría a Tigre para salir 17:30 y allí nos avisan que se rompió la embarcación reparada a nueva.»
Consultado por Carmelo Portal, Medvedeff se limitó a responder que ese día no habían salido por el estado del tiempo.
La realidad
Días después, desde la misma empresa explicaron que efectivamente la remodelada Deltacat II estaba rota por un problema en la caja de cambios. También conocimos que la otra embarcación seguía en astilleros.
Las frecuencias no se cortaron, para eso Cacciola contrató embarcaciones de menor porte, una de Línea Delta y el Víctor Adolfo de Interisleña.
La disponibilidad de las embarcaciones propias, es un tema que desde la empresa, por lo menos en Carmelo, no tienen respuestas firmes. Nos informaron que «seguramente» dentro de un par de días estarán en funcionamiento alguna de ellas.
La embarcación que estaba en astillero se encuentra desarmada «pero casi pronta», dijeron. El DeltaCat I demoraría unos dos días en rearmarlo. Mientras se presentó el II estuvo una semana funcionando, pero fue a taller para dejarlo «a punto».
Lo cierto es que el jueves no hubo servicio y los pasajeros fueron derivados por la empresa que realiza viajes a Nueva Palmira.
En más de una ocasión el representante de Cacciola Pablo Medvedeff se quejó -en tono irónico- de llevar en sus espaldas «varias astillas» por «los palos» que según él recibió de algunos representantes políticos y medios de prensa por el tratamiento dado a la empresa.
La presentación del DeltaCat II en Carmelo, los anuncios de normalización y la realidad actual del servicio, indican que la empresa atraviesa, por lo menos, una situación incómoda.