Por Jacinta Rivera Trobo
Uruguay afronta una nueva etapa en su vida política con la consolidación de dos grandes coaliciones que, tras el ajustado resultado del referéndum de este domingo, comienzan su carrera hacia las elecciones presidenciales de 2024.
Aunque es pronto para pensar en la próxima campaña, la votación sobre el recurso a 135 de los 476 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC), dejó ver la existencia de dos grandes bloques en la población.
Con el 100 % de sufragios escrutados, la opción ganadora fue la de «no» derogar los 135 artículos sometidos a evaluación, pero con una diferencia de apenas 22.556 votos frente al «sí», apoyado por organizaciones sociales y políticas de izquierda.
De un lado, la coalición «multicolor», es decir, los cinco partidos que apoyaron como candidato presidencial a Lacalle Pou, del Partido Nacional, nació durante la campaña de 2019; y, del otro, el Frente Amplio, bloque de izquierdas nacido en 1971, que gobernó Uruguay entre 2005 y 2020 y que hoy es la principal fuerza de la oposición.
En este escenario político, no sorprende que los resultados del referéndum, que mantienen en vigor la ley 19.889, promulgada en 2020, fuesen interpretados como un triunfo por los dos bloques.
Pese a la derrota, la Comisión por el ‘Sí’ consideró un éxito la igualdad mantenida hasta el final de la jornada que, por momentos, fue un empate técnico y se valoró tanto la campaña de recolección de firmas de 2021 que derivó en la celebración del referéndum, como la alta adhesión en la votación.
Por su parte, el mandatario uruguayo indicó que el referéndum ya era una «etapa superada» y que desde este lunes el Ejecutivo acometería «con el mismo optimismo y las mismas ganas» las tareas pendientes.
UN TRIUNFO COMPARTIDO
Consultados por Efe, analistas políticos uruguayos reafirmaron esta lectura en la que ambos bloques salieron triunfantes.
Por una parte, el periodista y politólogo Alfonso Lessa afirmó que los resultados son un «espaldarazo» a Lacalle Pou y a la coalición, puesto que «todos los líderes de los partidos que la integran se pusieron la campaña al hombro» y «prácticamente no perdió votos» con respecto a la segunda vuelta de las elecciones de 2019.
La coalición oficialista está integrada por los dos partidos históricos de Uruguay, el Nacional y el Colorado ; el Independiente ; el de la Gente y Cabildo Abierto.
Precisamente, este último es el que puede plantear algún problema dentro del grupo, ya que, además de diferir abiertamente en algunas políticas con el resto, tiende a captar un voto humilde, como el que en algunos momentos apoyó al Frente Amplio.
De hecho, este domingo, su líder, el excomandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos, reclamó «diálogo» para atender a los problemas sociales de los más desfavorecidos; una frase que también se escuchó en la celebración del comando del ‘Sí’.
Por otra parte, el docente e investigador Antonio Cardarello entiende que el triunfo del «No» es una victoria «a medias» para el bloque oficialista, pues los resultados no fueron «contundentes».
Si bien reconoce la alta aprobación del gobierno respecto a la gestión de la pandemia, entiende que los resultados del domingo muestran la disconformidad con asuntos como la «política económica», donde Lacalle Pou es peor valorado, según las últimas encuestas.
A su vez, ambos analistas coincidieron en señalar que el alto porcentaje de votos anulados (un 3,6 %) mostró una disconformidad de un amplio sector de la población, un mensaje que debería ser considerado por todo el sistema político.
Respecto a la posible proyección del referéndum pensando en las elecciones de 2024, Lessa manifestó que todavía es «temprano» para pensar en esos comicios. Sin embargo, sí afirmó que la conclusión más importante es la consolidación de «dos grandes bloques».
En el otro extremo, Cardarello argumentó que estas instancias pueden tomarse como «predictor» e interpretó que se dio una «suerte de empate», en el que el Frente Amplio tiene «espacio para crecer», aun con las debilidades mostradas en el interior del país.
«El ‘no’ votó en el piso que tenía y el ‘sí’ votó cerca del techo», sentenció.
Uruguay es un país donde las campañas políticas son muy extensas y la de 2024 parece que podrá serlo aún más, con dos bloques sólidos que deben salir a convencer a la población de que su proyecto político es el mejor para avanzar, sin perder las señas de identidad democrática del «paisito», uno de los países más igualitarios de la región.
EFE
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