La película “Granizo” está entre las más vistas en la plataforma de streaming Netflix, una obra que tiene como trama la Meteorología, pero es mucho más que una historia sobre el pronóstico del tiempo.
Es una lección, entre otras que aprenderá el meteorólogo de la película, que en pronosticar la verdadera estrella es la información y no quien hace el pronóstico del tiempo, y que la naturaleza nunca se puede ver con orgullo.
Granizos de varios tamaños, que en algunos lugares alcanzaron los diez centímetros de diámetro, cayeron sobre la ciudad de Buenos Aires durante un temporal en la tarde de julio de 2006
Granizos de varios tamaños, que en algunos lugares alcanzaron los diez centímetros de diámetro, cayeron sobre la ciudad de Buenos Aires durante un temporal en la tarde de julio de 2006 | PABLO LAANSKY/NA/AFP/ARCHIVO METEOROLOGÍA DE METSUL
La producción que se estrenó hace unos días no trata de un episodio meteorológico en particular y es una obra de ficción, una comedia dramática, pero recuerda uno de los principales eventos meteorológicos de la Argentina de este siglo.
Un episodio que marcó a los argentinos de su capital y que pesó en el bolsillo de los más afectados. Las grandes tormentas marcan la memoria de las ciudades. El 21 de noviembre de 1985 un tornado azotó la ciudad de Carmelo. Los portoalegrenses no olvidan el destructor vendaval de enero de 2006. Los montevideanos sufrieron el trauma del ciclón de agosto de 2005 al igual que los catarinenses sufrieron el huracán Catarina en 2004.
En Buenos Aires, la tormenta más recordada es la del granizo que cayó sobre la ciudad en 2006. La ciudad de Buenos Aires y sus alrededores sufrieron una intensa granizada alrededor de las 15:50 horas del 26 de julio de 2006.
El cielo se oscureció repentinamente en la capital porteña y cayó granizo durante unos 20 minutos. Las piedras, de unas cuatro pulgadas de diámetro, destrozaron cientos de parabrisas de vehículos. Los propietarios de automóviles han soportado enormes pérdidas.
Los conductores que circulaban por las calles de Buenos Aires tuvieron que buscar lugares para resguardarse, dada la fuerza con la que caían las piedras. Una vez que terminó la tormenta, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tuvo que trabajar para limpiar las calles y ayudar a los más afectados. Las comunicaciones telefónicas y celulares fueron interrumpidas. Los operadores de cable tenían problemas con las transmisiones.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en ese momento había informado cerca del mediodía sobre el riesgo de fenómenos meteorológicos extremos y granizo en la capital argentina y emitió una alerta meteorológica por la probabilidad de tormentas intensas en la ciudad y provincia de Buenos Aires, Entre Ríos. Oriente de La Pampa, y Sur y Centro de Santa Fe.
Si el granizo era esperado, nadie podía imaginar que caería con tanta fuerza sobre la ciudad de Buenos Aires. Catorce vecinos de Buenos Aires resultaron heridos al ser golpeados por el hielo. La granizada fue consecuencia de una aislada pero intensa zona de inestabilidad que avanzó desde el norte de la provincia de Buenos Aires hasta la capital argentina, tras el avance de una masa de aire frío procedente de la Cordillera de los Andes que se encontró con un aire masa caliente e inestable sobre el Río de la Plata.
El radar meteorológico del Servicio Meteorológico Nacional instalado en Ezeiza captó el avance de la tormenta sobre la capital bonaerense. En los días posteriores a la gran granizada comenzaría la odisea de los conductores afectados.
En la Avenida Warnes, símbolo de las autopartes, los talleres cobraban montos desorbitados por las reparaciones. Los que tuvieran mayores daños tendrían un problema mayor: las aseguradoras no querían hacerse responsables y se empezó a barajar la posibilidad de añadir una póliza contra el granizo, como en el campo para proteger los cultivos. Flores, Belgrano, Palermo y Núñez y el Centro fueron las zonas más afectadas.
La indignación por el fenómeno se transformó en sonrisas casi un año después, con la histórica nevada del 9 de julio de 2007. Hasta entonces, todavía había autos con señales de abolladuras en la carrocería por la gran granizada de un año antes.
«GRANIZO» LA PELÍCULA
Granizo cuenta la historia del meteorólogo Miguel Flores, famoso por sus pronósticos del tiempo en la televisión argentina. Su reputación es “infalible” y que nunca se equivocó en el pronóstico, en la práctica un imposible cuando se trata de Meteorología.
En la historia, lo que anuncia el meteorólogo siempre se toma como una certeza y no como la realidad cotidiana de los meteorólogos que trabajan con análisis de posibilidades y probabilidades. Animado por la fama, a Miguel se le da la oportunidad de presentar su propio programa en horario de máxima audiencia llamado Weather Show.
En la primera edición del programa, en el estreno, el meteorólogo garantiza una noche de cielo firme y estrellado, pero en la madrugada azota Buenos Aires una tormenta de granizo que causa muchos daños y daña una gran cantidad de autos. La reacción popular no pudo ser peor.
El hombre del clima celebrado hasta la víspera comienza a enfrentar la furia de los porteños. Su vida se vuelve insoportable, lo que obliga al meteorólogo a abandonar la ciudad y buscar refugio en su provincia natal, donde nació en Río Cuarto, en la casa de su hija doctora en la ciudad de Córdoba.
Vía MetSul
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