Son menos de dos horas y media para cruzar hacia Uruguay, con la lancha cargada hasta los bordes de pescado o cajas de fernet.
Así comienza la nota del periodista Hernán Cappiello del diario La Nación, donde explica como ilegalmente los denominados «piratas del sábalo y el fernet», pescan frente a la cancha de River argentino, en la isla Martín García y en el río Uruguay; navegando de noche para contrabandear pescado y bebidas hacia la zona de Colonia obtienendo hasta 4800 dólares por día; usando lanchas nuevas; ya hay cuatro presos.
Van sin luces, pero rápido, con un tracker de 8,5 metros nuevo, sin lujos, que lleva montado un poderoso motor Honda de 250 HP fuera de borda, recién adquirido. El intercambio de dólares por el pescado y la bebida se produce en medio del río, frente a la boya Oyarbide, cerca de la Isla Martín García, otras veces directamente frente a la costa uruguaya, pero de este lado del canal, ante Nueva Palmira o Riachuelo, a cinco kilómetros de Colonia, dice La Nación.
En una buena jornada, con el contrabando del pescado y el fernet a Uruguay, esta banda de argentinos sacan hasta US$ 4800 dólares en un solo día.
La entrega en Conchillas
En la investigación federal del juez argentino Hernán Viri, realizaron escuchas telefónicas sobre los sospechosos. Sus conversaciones revelaron cómo se manejaba la organización y cómo lavaban la lluvia de dólares, inesperada, que recibían y que los llevaba a cambiar totalmente su tren de vida.
Por ejemplo, uno de los detenidos, Sergio Ceballo, conversa con un colega, al que llama Perrín, y le cuenta su negocio. “¿En dónde estabas sacando? ¿Estabas en la Martín García, vos?”, le pregunta Perrín, a lo que Ceballo respondió: “Claro… sacábamos cerca de la cancha de River más o menos, frente ahí al puerto de Buenos Aires, ahí donde se termina el puerto, vio? El último canal, canal sur”. Perrín le volvió a preguntar: “Y eso va todo al Uruguay?”, a lo que Ceballo respondió: “Todo al Uruguay, sí; a veces lo entregamos en Conchillas. Y el que pesca realmente sábalo directamente se lo lleva al Uruguay, está 87 pesos casi”. Perrin quiere saber: “¿Lo llevas vos? ¿O te lo buscan ahí? O sea, ¿te lo viene a buscar el tipo de Conchillas?”. Ceballo le aclara: “No yo se lo llevó hasta el canal; ahí viene la canoa, se lo carga y se lo lleva. Laburamos así, viste. No, a la costa no me arrimo ni loco”. A Perrín le preocupa la Prefectura: “No, allá no, porque allá es un desierto el río, es tan ancho. Si hay un guardacostas que viene lo ves de lejos por el canal y bueno, marchás… ponés en marcha y nos vamos para adentro, o sea, como si fueras para la costa uruguaya, y… no hay bola”, respondió Ceballo.
Vía: La Nación
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