Cientos de mujeres marcharon este viernes en Uruguay en apoyo al movimiento «Ni una menos» bajo la consigna del combate a todas las formas de violencia que sufren a diario y abarcan, entre otras, las desapariciones, el acoso, los abusos físicos o verbales y los feminicidios.
El caso de Chiara Páez, joven de 14 años asesinada por su novio en la provincia argentina de Santa Fe en 2015, fue tanto la gota que rebasó el vaso en un año marcado por los feminicidios como la mecha que encendió la serie de movilizaciones masivas celebradas cada 3 de junio desde entonces en ese país.
Esta consigna, que luego trascendió fronteras y llegó a toda Latinoamérica, llevó a que en Uruguay, un año más, colectivos feministas tomaran este viernes la principal avenida de Montevideo para exclamar un rotundo «basta» a la violencia de género y, bajo la proclama «Nos queremos vivas y libres», circularan hasta la emblemática Plaza Cagancha, más conocida como Plaza Libertad.
Alrededor de las 19.00 hora local (22.00 GMT) varias mujeres protagonizaron una representación que simbolizaba diferentes formas de violencia en la Explanada de la Intendencia Municipal (gobierno local), que dio paso a la marcha propiamente dicha.
Gritos como «Ni una mujer menos, ni una muerta más» o «Justicia, cómplice del patriarcado» se esparcieron al aire en la fría tarde del otoño montevideano.
Según explicó a Efe Ivana Silvera, integrante de la Coordinadora de Feminismos del país, en esta oportunidad la marcha tuvo su foco en dar visibilidad a las diversas formas de violencia que afectan a las mujeres.
«El 3 de junio lo que da a los distintos colectivos es la posibilidad de poner en la calle las distintas formas de violencia, el feminicidio, las desapariciones, la violencia física, sexista, el acoso», resaltó.
La activista señaló, además, que para esta edición la Coordinadora se alió con los colectivos Mujeres del Oeste y ¿Dónde están nuestras gurisas?, así como con feministas independientes, en una propuesta que, destacó, busca «sacar a la luz el engranaje de las violencias», siendo «la última y más terrible» el feminicidio.
A estos asesinatos a mujeres por la condición de serlo, que suelen darse en manos de sus familiares, parejas o exparejas y ya fueron 14 este año en el país, según el registro de la web Feminicidio Uruguay, se suman las desapariciones que, según indicó ¿Dónde están nuestras gurisas? fueron siete en lo que va de 2022.
Además, dos de las buscadas «aparecieron sin vida».
Al tiempo que Adriana Belmonte, madre de la argentina Lola Chomnalez, asesinada en 2014 en Uruguay, asistió a la marcha en Montevideo, las feministas recalcan que lamentablemente son pocos los casos que se resuelven como ese, en el que el presunto homicida fue procesado en mayo tras 7 años de investigación.
«Esta vez por suerte se pudo encontrar a quien asesinó a Lola Chomnalez pero lamentablemente no es el caso del 90 % de las gurisas (chicas) y mujeres desaparecidas y asesinadas», subrayó la activista, quien estimó que la mayoría de las familias no tienen recursos como para pagar abogados en un período prolongado.
Por otro lado, Silvera remarcó que esta marcha no hace reclamos al Estado, pues solo pretende «dar visibilidad», si bien admitió que los colectivos sí han rechazado situaciones como el reciente archivo de unos 300 casos de violencia machista por parte de la Fiscalía uruguaya.
Otra situación que llevó a la indignación a los colectivos feministas en los últimos días fue la decisión de conceder prisión domiciliaria a los investigados en un caso de violación grupal, que se hallaban en preventiva desde febrero.
EFE