Con una amplia convocatoria, la Coordinadora de sindicatos de ANCAP marchó este martes en Montevideo en «defensa» del «rol social y productivo» del ente y en protesta contra las privatizaciones que, entiende, el gobierno impulsa en la actividad.
Con banderas rojas y acompañados por las bocinas de los coches que llegaron en caravana hasta la céntrica sede central de la petrolera, líder del mercado uruguayo de combustibles y cementos pórtland, los trabajadores de ANCAP se sumaron a la ola de movilizaciones que marcó el mes de junio en Uruguay.
Convocados por la coordinadora que reúne a una decena de sindicatos de las ramas productivas del gas, los combustibles y el comercio, entre otras, los funcionarios partieron desde la refinería de ANCAP en el barrio montevideano de La Teja y dejaron la caravana atrás para caminar hasta la Torre Ejecutiva, sede de la Presidencia uruguaya.
Según apuntó en declaraciones a la prensa el presidente de la Federación de ANCAP (FANCAP), Gerardo Rodríguez, la movilización, acompañada con un paro de actividades como los que concretaron en lo que va del mes los empleados en la salud o la educación, entre otros, se da en respuesta a la ofensiva de un gobierno nacional que «viene por todas las empresas públicas».
«Sabemos lo que pasó en (la estatal de telecomunicaciones) Antel con la entrega de los servicios a actores privados, lo que pasó en (el ente de agua corriente) OSE, con la entrega de la potabilización a capital privado», acotó, a lo que agregó que el Gobierno de Luis Lacalle Pou busca «erosionar y debilitar las empresas públicas».
Rodríguez arremetió además contra los argumentos del Ejecutivo, que, según plantean los sindicatos, por un lado aduce que el sector productivo de pórtland de la empresa «da pérdidas» y por otro promueve la «modernización» de la compañía en base a una asociación que ya cuenta con varios privados interesados.
«La prueba es que se presentaron 16 empresas (para asociarse), no va a venir una empresa privada a hacer filantropía al Uruguay. Indudablemente vienen a hacer el negocio. Si hay una riqueza natural de producir pórtland durante 100 años (…) y por otro lado tenemos un déficit de vivienda de 70 u 80.000 viviendas, lo que debería garantizarse es la inversión pública», concluyó.
EFE
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