El directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) dio este viernes el aval a la primera revisión trimestral del programa de facilidades extendidas (EFF) con el Gobierno de Argentina habilitando un desembolso de unos 4.010 millones de dólares.
Según un comunicado difundido por el organismo multilateral, el directorio evaluó que las autoridades argentinas alcanzaron las metas a marzo de 2022 «en el contexto de una mayor incertidumbre mundial» y que «se logró un proceso inicial en el frente estructural».
Respecto de las metas anuales, el FMI indicó que las autoridades argentinas «siguen comprometidas a lograr los objetivos fiscales, de financiamiento monetario y de acumulación de reservas anuales sin cambios del programa».
Argentina selló en marzo pasado un programa de facilidades extendidas con el FMI para financiar una deuda por 44.000 millones de dólares con el organismo multilateral derivada de un acuerdo previo firmado en 2018, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), que conlleva diez revisiones trimestrales.
Los analistas privados ponen en duda que Argentina pueda cumplir con el programa con el FMI pese a que parecía laxo en términos de las metas, debido al deterioro macroeconómico del país, la guerra en Ucrania y las diferencias políticas al interior de la coalición de Gobierno.
El FMI advirtió este viernes que «la implementación decisiva» de las políticas del programa será fundamental para apoyar la recuperación económica de Argentina, fortalecer la estabilidad macroeconómica y avanzar más en el abordaje de sus desafíos profundamente arraigados para sentar las bases de un crecimiento más sostenible e inclusivo.
FLEXIBILIDAD TRIMESTRAL
En el comunicado, la directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, declaró que las autoridades argentinas «reconocen la importancia de invertir en la estabilidad económica y mantuvieron los objetivos del programa de fin de año con cierta flexibilidad en las trayectorias trimestrales» para acomodarse a los shocks.
E indica que cumplir con el objetivo de déficit fiscal primario del 2,5 % del PIB en 2022 «es esencial» para moderar la demanda interna, limitar el financiamiento monetario del déficit y respaldar la acumulación de reservas y señala que «se necesitan esfuerzos sostenidos» para mejorar el cumplimiento tributario, reducir los subsidios a la energía y fortalecer la gestión de las finanzas públicas.
Además, señala que en el contexto de la reciente volatilidad del mercado, los esfuerzos para fortalecer y profundizar el mercado de deuda en pesos, que es un pilar esencial del programa, «siguen siendo críticos, junto con la implementación firme de los objetivos fiscales».
El entendimiento prevé que la asistencia monetaria por parte del Banco Central al Tesoro pase del equivalente del 3,7 % del PIB en 2021 al 1 % este año, en tanto la meta es aumentar las reservas internacionales netas en 5.800 millones en 2022.
RIESGOS
En tanto, el informe del equipo técnico de la primera revisión difundido este viernes aún advierte que el programa está sujeto a «riesgos excepcionales» debido al contexto global.
También señala que la alta inflación -que trepó a 60,7 % en mayo pasado, «si no se aborda, podría alimentar aún más el descontento social y debilitar el apoyo político al programa».
Y que alcanzar la meta fiscal principal acordada para fines de 2022 «requerirá políticas fiscales más estrictas en la segunda mitad del año», a través de una reorientación del gasto público para dar paso a un mayor gasto en subsidios energéticos y asistencia social.
REACCIÓN
El ministro de Economía argentino y principal negociador con el FMI, Martín Guzmán, se hizo eco de que el organismo aprobó la primera revisión del programa de Facilidades Extendidas «con el que se refinancia la deuda tomada con el FMI en 2018-2019».
«Continuamos implementando políticas macroeconómicas para fortalecer el crecimiento con creación de empleo y la estabilidad», tuiteó.
EFE
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