Por Antonio Sánchez Solís
La legalización del uso recreativo del cannabis, especialmente en EEUU, ha acelerado el consumo y sus nocivos efectos sanitarios, mientras fabricantes de tabaco y alcohol han entrado en un multimillonario negocio con campañas que presentan a esta droga como algo moderno e inocuo.
Esa es la conclusión, y la advertencia, que hace la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Onudd) en su informe sobre la situación del mercado de la droga en 2022, publicado este lunes en Viena.
«El consumo de cannabis y la frecuencia de su uso han aumentado en los países y jurisdicciones estatales que han legalizado el uso no médico del cannabis», señala la Onudd.
Con «legalización», la ONU se refiere a la autorización de la producción y uso para uso lúdico entre adultos en Uruguay, Canadá y 21 territorios de EEUU en los últimos diez años.
Pese a los datos que apuntan a esa tendencia, el informe reconoce que se tardarán años en tener una visión más clara del impacto.
TENDENCIA ACELERADA
«No es posible distinguir lo que habría sucedido sin la legalización. Podemos decir que, probablemente, la legalización del cannabis ha acelerado esta tendencia de expansión», señala a Efe Angela Me, coordinadora del informe.
En las zonas de EEUU y Canadá donde se ha legalizado, el consumo ya venía aumentando gracias a que la autorización del uso médico hizo que la droga estuviera más disponible.
De hecho, la ONU señala que la legalización puede ser «el resultado, más que la causa, de la expansión del mercado del cannabis», un proceso en el que coincidieron la disminución de la percepción de riesgo y un aumento del consumo regular.
El número de usuarios y la frecuencia de consumo ha crecido especialmente entre los adultos, mientras que entre los adolescentes se mantiene estable, menos en lo que se refiere a la toma mediante la inhalación de vapores.
La legalización ha diversificado la oferta de productos, muchos de ellos muy potentes, como los comestibles y los concentrados.
PRODUCTOS MÁS POTENTES
Los niveles de THC, el componente psicoactivo, han aumentado en muchos productos comercializados, frente a la bajada del CBD, el elemento relacionado con las propiedades terapéuticas.
La imagen del cannabis como menos dañina que otras drogas choca con el hecho de que, aunque está detrás de sólo el 4 % de las muertes atribuidas a los estupefacientes, el 40 % de los países la identifican como la droga que más trastornos provoca.
El consumo entre mujeres embarazadas ha crecido en todo Estados Unidos, pero especialmente allí donde se legalizó el uso lúdico.
MÁS HOSPITALIZACIONES
En California los ingresos en cuidados intensivos relacionados con el consumo de cannabis aumentaron un 56 % entre 2016, cuando se produjo la legalización, y 2019.
Esa subida de las hospitalizaciones se ha registrado también en Canadá o el estado de Colorado, por ejemplo, aunque el informe señala también que ese crecimiento se ha estabilizado.
En Colorado, señala la Onudd, la proporción de suicidios en personas que habían tomado cannabis se triplicó entre 2006 y 2018. La legalización comenzó a aplicarse aquí en 2014.
El informe señala también que paralelamente al aumento del consumo y sus tendencias nocivas, en Estados Unidos ha aumentado la relación entre cannabis y la depresión.
Angela Me explica que estas tendencias en EEUU y Canadá no necesariamente son extrapolables a otros países.
Por ejemplo, aunque en Uruguay, donde se legalizó en 2013, también ha aumentado el consumo, la diferencia es que no han proliferado los productos con alto contenido de THC.
UN GRAN NEGOCIO
Esa diferencia, asegura Me, está relacionada con las grandes empresas dedicadas a la venta de tabaco y alcohol que han visto una oportunidad de negocio en el mercado del cannabis en EEUU.
«Hace 50 o 70 años, hubo un empuje agresivo por el consumo de tabaco. Y ahora reconocemos lo mucho que hay que hacer para proteger la salud pública. Bueno, eso está pasando ahora con el cannabis», compara Me.
La experta de la ONU destaca que hay campañas y muchos mensajes que dicen que el cannabis es saludable y que está de moda.
Por ejemplo, en Estados Unidos los jóvenes de 15 o 16 años toman más cannabis que tabaco, y se ha implantado la idea de que los cigarrillos ya no están de moda, pero el cannabis sí es aceptado.
La experta confía en que no haya que esperar décadas para, como sucedió con el tabaco, los envoltorios de los productos de cannabis lleven mensajes advirtiendo de sus efectos nocivos.
Me, además, advierte que esas corporaciones están buscando nuevos mercados: «Miran a Europa».
La analista reconoce la contradicción que supone que las campañas por la legalización estuvieran impulsadas por la izquierda política y liberal, pero haya acabado beneficiando a empresas capitalistas.
El informe valora en 30.000 millones de dólares el valor del mercado del cannabis en Estados Unidos y advierte que, ante el potencial de crecimiento, la influencia de las grandes corporaciones aumentará.
En ese sentido, la Onudd dice que hay presiones para establecer monopolios y aumentar la oferta de productos dirigidos a un grupo de usuarios cada vez mayor.
Paralelamente, la legalización está haciendo que disminuya el mercado negro y ha generado importantes ingresos en forma de impuestos.
En el ámbito de seguridad y criminalidad, los arrestos por posesión de cannabis han caído entre los adultos, aunque no hay diferencias aparentes en los índices de criminalidad en EEUU entre regiones donde se ha legalizado y donde no.
EFE
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