La organización ambientalista Greenpeace alertó este martes sobre el avance de la presión pesquera en el conocido como «Agujero Azul», una zona rica en biodiversidad del mar argentino que se encuentra en aguas internacionales, justo en el límite de la zona económica exclusiva de Argentina, pero cuyo fondo marino es jurisdicción del país sudamericano.
Según un informe difundido por la organización, las horas de «esfuerzo pesquero aparente» de los barcos poteros (aquellos que pescan exclusivamente calamar) fueron 354.367 en 2022, casi el triple que hace cinco años, cuando se registraron 130.789.
Un incremento que también se observa en el caso de los buques de arrastre de fondo, que acumularon 120.302 horas de pesca, más del doble que lo observado en 2017 (58.408).
La Cámara de Diputados argentina comenzará a tratar este martes el proyecto de ley «Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul», que busca proteger el lecho y el subsuelo marino más allá de las 200 millas de la costa, según Greenpeace.
«La ley no solo le pondría un freno a las flotas pesqueras de arrastre que arrasan el fondo marino, sino que también contribuiría en la conservación de la estructura ecológica oceánica y en la mitigación del cambio climático, siendo que el «Agujero azul» está ubicado sobre el Talud Continental del Mar Argentino, uno de los principales frentes oceánicos del mundo», aseveró Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace, en declaraciones recogidas por la entidad.
La organización ambientalista recordó que Naciones Unidas dará tratamiento el próximo mes al Tratado Global de los Océanos, el cual, según Vueso, permitiría «proteger la columna de agua del Agujero Azul», permitiendo la conservación de los ecosistemas que lo conforman y de la fauna que lo habita y lo transita.
«Esto es definitivamente necesario de cara a la vulneración que sufren los océanos por parte de la humanidad», sentenció Vueso.
Durante los meses de verano, el Agujero Azul forma parte de la ruta migratoria de especies de «alto interés comercial», como el calamar y la merluza, además de ser uno de los lugares de alimentación preferidos por ballenas, lobos y elefantes marinos.
EFE
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