Por Elio García
Entrelíneas el comunicado policial del intento de robo de un pollo a un repartidor en Nueva Palmira nos hace reflexionar sobre la gente que está atravesando situaciones límites y el delicado escenario socio económico que vive una parte de nuestra sociedad.
El 8 de julio pasado un repartidor de pollos ingresa a una carnicería local, cuando en determinado momento un hombre le pide un pollo o que le diera dinero. El trabajador le respondió que no podía entregarle nada ya que tanto los valores como la mercadería no eran de su propiedad, sino de la empresa.
La denuncia policial que vincula a esta persona se debe a que el distribuidor notó el faltante de una billetera de cuero con documentación y esta bien que así sea.
Pero también correspondería -a otras instituciones estatales- investigar la situación social que lleva a una persona al extremo de pedir comida. Y esto sucede a nuestro alrededor.
Comentarios