Argentina ya inició la construcción del Sistema Riachuelo, una planta de procesamiento de aguas residuales de miles de industrias y de unas seis millones de personas.
Esas aguas cloacales hoy se vierten directamente en el río Matanza-Riachuelo y terminan en el Río de la Plata. La planta, tendrá un nivel de procesamiento de líquidos fabriles y restos domiciliarios básico. Argentina prevé que estará en funcionamiento a fines de de este año.
Aunque Uruguay aceptó la construcción de este emisor en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), las diferencias surgen a partir de la exigencia de un monitoreo conjunto que pidió nuestro país y al cual Argentina se niega, informó El País.
Sin acuerdo para un monitoreo conjunto, Uruguay controlará el vertido de aguas cloacales argentinas en el Río de la Plata. El gobierno argentino rechazó la propuesta y el uruguayo informó que lo realizará unilateralmente.
La Delegación Uruguaya (Delur) propuso en junio del año pasado la implementación de un “monitoreo permanente y conjunto de las aguas y sedimientos del Río de la Plata en la zona de afectación derivada de la operativa”. Esta propuesta fue rechazada por la Delegación Argentina (Delar), según informó el semanario Búsqueda.
La Delar explicó que se opone al pedido porque ya se dio la información necesaria y el proyecto fue aprobado por la CARP en 2009. “La evaluación del impacto de la obra sobre el régimen del río ya ha sido llevada a cabo en los términos requeridos por ese instrumento”, expresó esta delegación en una carta, en la que concluye que “no considera necesario el establecimiento de un mecanismo como el propuesto”.