Por Elio García
El 1º de noviembre de 2017 a las 00:00 horas entraba en vigencia el nuevo Código del Proceso Penal. La reforma del mismo, que pasaría a ser acusatorio, adversarial, oral y público, permitiendo agilizar el proceso, acotar la prisión preventiva y otorgar mayores garantías para las víctimas, entre otros beneficios, aseguraban.
Sin embargo hay lugares del país, en donde todavía dicha vigencia no ha llegado. Y ese lugar es Carmelo, donde trabajo como periodista.
Un caso de interés local me llevó por primera vez a incursionar en el Juzgado Letrado de 1er. Instancia de 1er. Turno de Carmelo, solicitando los audios de una audiencia.
Previo a ello me pareció importante dirigirme a la División Comunicación Institucional de la Suprema Corte de Justicia, donde me dijeron que me presentara en la sede con un pendrive (para copiar los archivos) y por las dudas llevara la Circular 303/2017 del Poder Judicial, donde da cuenta que se puede brindar copia de los audios registrados en «Audire» a terceros a su solicitud. Solo no se entregan si las audiencias son reservadas.
El 12 de mayo me presenté en el Juzgado, al principio me explicaron que ese material no lo podían suministrar. Al mostrar la ordenanza, la Actuaria aceptó entregarme los 22 audios que tenía esa carpeta.
La sorpresa fue cuando el juicio avanzó. Concurrí tres veces a la Sede Judicial y siempre me contestaban que el único que podía autorizarme era el Juez, que nunca aparecía.
Hasta que en mi último intento, el Juez Dr. Marcelo Silva Correa, tuvo la deferencia de salir de una Audiencia y brevemente explicarme por qué en Carmelo y en ese Juzgado las audiencias no son públicas.
Silva Correa argumentó que si la prensa publica audios, pueden incidir en futuros testigos de la causa y suministrar material que pueda complicar el juicio.
Hizo referencia a algún artículo del Código Penal que no recuerdo, porque fue una conversación breve que seguramente responderá en la solicitud que por escrito presenté anteriormente, y hasta el 7 de septiembre no me habían dado respuesta.
Hay diversas bibliografías en donde se mencionaba un antes y un después con el Nuevo Código Penal, pero lo cierto es que en lugares como la ciudad donde vivo, no hay lugar en los juicios públicos para la gente común y tampoco para la prensa. No se contempla aquello de la transparencia y menos en darle publicidad a los casos.
Entonces el vecino, la vecina, se forma opinión a partir de trascendidos, supuestos, erosionando muchas veces con comentarios banales temas delicados.
A los periodistas locales se nos quita la posibilidad de trabajar con información de calidad al avanzar el juicio. De hacer un seguimiento de los casos y de profundizar en los mismos, en el día a día, en el paso a paso.
Mientras, integrantes del Poder Judicial argumentan el no ingreso a Sala con prejuicios, o con escenarios hipotéticos, en Carmelo las Audiencias hoy no son públicas, y curiosamente tampoco son reservadas.
Esta claro, no se permite el ingreso a sala a la gente común y tampoco a la prensa se le suministra material respectivo como debería ser en tiempo y forma. Para conseguir las actas hay que llamar a Montevideo y para lograr los audios pasar por una serie de excusas, pseudo interpretaciones, dilataciones, ausencia de mando y desconocimiento a documentos que deberían ser claros para los operadores de la Justicia, como la Circular 303/2017, que no tiene doble lectura. Es sencilla.
Fue entonces que el 8 de setiembre en la Audiencia, por Decreto 438/2022, ingresó mi pedido formal escrito y se me autorizó la entrega de una parte de los audios, los de los días 1 y 6 de setiembre, según el Acta que me enviaron desde la Suprema Corte de Justicia.
Los audios generados el 8 de setiembre no fueron autorizados la entrega, la cual postergarán hasta el 15 de setiembre. Las razones de la no entrega es «que no se ha podido concretar las probanzas del día de hoy.»
De esta forma queda demostrado que los juicios en Carmelo, al menos en esta Sede, no son públicas. Para acceder a la información, burocracia mediante, hay que pedirlo en forma escrita y se toman su tiempo para darnos algo que debería ser suministrado el mismo día, tal cual se entrega el Acta.
El público no tiene oportunidad de acceder al juicio y la prensa solo lo hace para tomar fotos al inicio, luego retirarse y algunos esperamos durante días, con un pendrive en la mano, si nos facilitarán el material para poder hacer nuestro trabajo con seriedad y rigor.
Esa es la verdad.