Respecto al próximo y necesario concurso de ingreso para el Banco República, esta Comisión Representativa manifiesta que:
En virtud de que hasta el momento se está manejando por parte del Directorio la reiteración del criterio de establecer en las bases del llamado externo la condición de “mejor escolaridad”, créditos por estudios terciarios, etc. como método de selección primaria, rechazamos rotundamente este planteo, así como cualquier otro que implique restricciones de cualquier tipo a la posibilidad de que toda/o ciudadana/o pueda postularse y participar de las diferentes instancias de la selección en los futuros procesos concursales para ingreso al BROU, más allá de lo estrictamente normativo (Bachillerato completo/edad).
El único requisito de formación para ingresar a un cargo administrativo debe ser Bachillerato completo tal cual figura en el perfil del cargo de ingreso a concursar.
El rechazar este criterio no es caprichoso. Responde a que el método que se pretende utilizar no está establecido en ninguna normativa como requisito indispensable, pero por sobre todo, porque mira para otro lado y no se enfoca en la realidad educativa ni laboral en la que nos encontramos como país.
Según información estadística proporcionada por INEEd (Instituto Nacional de Evaluación Educativa) en las que se relaciona la condición socio-económica de los uruguayos con el acceso y la culminación de la educación secundaria, y del acceso a la educación terciaria, la brecha es enorme entre los quintiles de mayores y menores ingresos.
“Al considerar el acceso por quintiles de ingreso, en educación inicial las diferencias son muy relevantes a los 3 años, pero se reducen de forma importante a los 4. En el caso de la educación media, el acceso varía notablemente de acuerdo a los ingresos de los hogares. En la última edad teórica para el ciclo obligatorio (17 años) el 96% de los adolescentes pertenecientes a los hogares de mayores ingresos (quintil 5) accedía al sistema educativo obligatorio frente al 59% de los pertenecientes a los hogares de menores ingresos (quintil 1), lo que supone una diferencia de 37 puntos porcentuales. Esta diferencia alcanza los 49 puntos entre los adolescentes de 18 años. A dicha edad, entre los adolescentes de los hogares del quintil más favorecido el acceso al ciclo obligatorio llega al 90%, mientras que en el quintil más desfavorecido desciende al 41%. Esta información señala una muy clara desigualdad en el acceso a la educación en función de las condiciones socioeconómicas de los hogares. Más aún cuando se toma en cuenta que en el 20% de hogares de menores ingresos vive el 48% de los niños de 3 a 5 años y el 46% de los adolescentes de 12 a 17 años. Por lo tanto, ese patrón de desigualdad afecta negativamente a los hogares en donde se encuentra una proporción muy importante de los sujetos del derecho a la educación.”
Otro dato aportado por el INEEd, es la diferencia generada en el rezago (índices de repetición, abandono momentáneo, etc.) que entre jóvenes de 15 a 17 años: “la brecha según las características de los hogares se profundiza: llega a casi 50 puntos porcentuales. En estas edades, entre quienes provienen de hogares con condiciones más favorables el rezago alcanza a un 16%, mientras que entre quienes provienen de condiciones más desfavorables el porcentaje es de 63,8%.” Este dato es duro, y debe ser atendido y contemplado a la hora de elaborar concursos de ingreso desde el Estado. (Se agregan gráfico e imagen obtenidas del informe de INEED)
De continuar con el criterio pretendido de “mejor escolaridad” se eliminan de plano las posibilidades de la enorme mayoría de los jóvenes de nuestro país de acceder a participar de los procesos de selección de personal. Jóvenes que por distintas circunstancias y contextos desfavorables no logran finalizar sus estudios sin interrupciones. Creemos que esto no es determinante por sí mismo en sus capacidades como futuros trabajadores.
Sumar a esto una segmentación vinculante para el acceso o no al cargo, es profundizar conscientemente en esa desigualdad social.
Estamos de acuerdo en generar listas de prelación departamentales, a los efectos de evitar las dificultades de grandes distancias recorridas y la necesidad de traslados, pero no compartimos que estas sean limitadas en cantidad, más allá del de su tiempo de duración de estas. Además, es necesario considerar que, según informe de INEED, “La posibilidad de egresar de la educación media básica es menor en las áreas urbanas del interior con menor población y en las rurales que en el resto del país, mientras que el egreso de media superior es claramente mayor en Montevideo que en el interior”. Por lo que el criterio defendido por el Directorio del BROU es también discriminatorio con los trabajadores de las pequeñas poblaciones urbanas del interior del país y las zonas rurales.
Dejar abierta la lista de prelación a todos quienes aprueben y por la mayor cantidad de tiempo posible, aporta a la celeridad del llenado de futuras vacantes y nos permitiría contar con una herramienta fundamental ante la emergencia que puede generarse a futuro de por la falta de personal que hoy existe en el BROU.
Por todo lo expresado, es que instamos al Directorio del BROU a rever la posición respecto al filtro establecido para el concurso de ingreso, e instale un ámbito de diálogo a los efectos de analizar las alternativas que permitan la universalización a de las oportunidades de ingreso a la institución.