En el día que marca el 50 aniversario del accidente aéreo, los sobrevivientes y los familiares de los fallecidos en la tragedia de los Andes se reunieron en el Colegio Stella Maris de Montevideo para participar de una emotiva misa que tuvo como fin honrar «la vida».
Así lo destacó en un breve discurso Gustavo Zerbino, uno de los 16 uruguayos que sobrevivieron al periplo de 72 días que siguió al fatídico accidente en la cordillera, ocurrido el 13 de octubre de 1972.
«Nunca hubo tanta gente en una misa del 13 de octubre. Niños, nietos de gente de la montaña, vivos todos, porque esta es una celebración de vida, viven los que no están físicamente presentes y nosotros todavía duramos», resumió Zerbino.
El sobreviviente, que al igual que las hermanas de dos de los fallecidos en la montaña tomó la palabra luego de celebrada la eucaristía durante la misa presidida por el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, agradeció así a «todos los que están en el cielo» y que, consideró, «bajaron a hablar» en la ceremonia.
A lo que subrayó que nunca hubo tanta «unión física, espiritual y emocional» entre sobrevivientes, familiares y miembros del Colegio Stella Maris y el equipo de rugby Old Christians Club -que organizó aquel vuelo-, Zerbino también dedicó un aplauso a Fernando Parrado y Roberto Canessa, quienes caminaron «más de 10 días» para lograr el rescate.
Durante la misa, que estuvo acompañada por la interpretación del coro del Stella Maris, integrado también por algunos familiares directos de los fallecidos en la tragedia, Parrado se encargó de dedicar una plegaria a «la comunidad» y Sturla destacó la dualidad de una historia, que, dijo, fue «a la vez milagro y tragedia».
Recordando palabras de los sobrevivientes, muchos de los cuales han escrito libros o participado de películas sobre el histórico episodio, el cardenal sostuvo que la virgen María fue un «sostén» para las familias y resumió que en definitiva lo que se vivió, sea en la supervivencia o en la pérdida, fue «un cántico de amor».
De la ceremonia, a la que asistieron varios de los sobrevivientes, como Antonio Vizintín, Fernando Parrado, Roberto Canessa, Roy Harley o Carlos Páez, también participaron hijos y nietos de los sobrevivientes, así como la nonagenaria Raquel Arocena, madre de Gustavo «Coco» Nicolich y única viva de las fundadoras de la Biblioteca Nuestros Hijos. (EFE)
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