Por Elio García
Cuando me dijeron que a mi programa radial iba venir el Intendente de Salto, Andrés Lima, la noche antes me puse a trabajar. No tenía mucha información del político. Se que había venido a Carmelo en una oportunidad de incógnito, pero no mucho más.
Lo primero que hice fue googlear «Andrés Lima». Fui a «herramientas» y puse todo lo que se puede leer, escuchar o ver, desde el viernes pasado hasta un año para atrás.
Me encontré con una entrevista de 45 minutos en el programa «En Perspectiva» de Emiliano Cotelo, me la vi toda entera. Luego visité notas en La Diaria, El País y una en El Observador.
Es verdad no tenía mucha idea de la vida política de Lima, pero no me podía presentar sin cartas a ponerle el micrófono para que dijera lo que se le antojara.
Me detuve en una nota «Acusan a Andrés Lima de «destruir» la Liga Federal», pensé antes de leerla, -Ya le están serruchando el piso, por algo debe ser. Seguro que es un candidato interesante para hablar-pensé. Además viene del litoral, lo cual no deja de ser «distinto» para la geografía política local.
Como intuí que estaba en plena elaboración de su construcción política y de su opción, me fui a la biblioteca a repasar un libro de Giovanni Sartori, «Partidos y Sistema de Partidos.»
No crea que es ninguna alusión para jugarme una auto imagen de intelectual político. Es un libro básico, muy conocido. Repase algunas definiciones del concepto partido, me detuve en el capítulo de sistemas competitivos , el concepto de centro y cuando quise mirar en casa todos dormían: era casi las dos de la mañana.
Andrés no vino
Habíamos quedado en Radiolugares a las 10:00 horas. Pero Andrés Lima no se presentó. Nadie de la organización llamó para avisar en los minutos previos y en el momento pautado de la nota.
Ustedes no tienen idea lo que es elaborar un plan b, en un programa de radio en directo, cuando uno tiene certeza que va venir alguien serio, pero descubre que hay políticos que se pueden tomar licencias y faltar sin dar aviso.
Y pasa sí. No respetan el trabajo de la gente. Son impresentables. No importa que sea algo aislado, una descoordinación pero hay varias cosas que no son justas. Y por más solitario que sea mi trabajo es una cosa pero la audiencia se merece respeto.
Lima no gestionó ni lideró el error. No llamó a pedir disculpas y excusarse.
Todos podemos tener algo que se complica a último momento. Todos en alguna oportunidad faltamos a una cita. Pero si estás liderando un grupo político con pretensiones de solucionar temas vitales para los uruguayos y uruguayas, ¿no podes llamar y excusar la asistencia?
La organización, que había pedido la entrevista, llegó a la radio curiosamente al termino del programa. Cuando le planteamos la situación recién ahí nos pidieron disculpas.
Luego por pura casualidad nos encontramos al borde del Arroyo de las Vacas, con toda la organización y Lima, que nada entendía, preparados para recibir a algún otro periodista. -No va pasar más, dijeron.
Creo que fueron a todos los medios y hablaron con todos los periodistas y no hubo ningún problema.
El problema no es con el periodista, sino con la gente. Porque les guste o no hay gente que nos escucha. Y la falta es con la audiencia, no con el medio.
Ser desprolijos y dejar pasar las cosas porque a nadie le importa es una actitud.
Pero no es la nuestra.
Lo de los «fundamentalistas del aire acondicionado» lo subí al título de esta nota, porque cada mañana termino mi programa Tenemos Que Hablar, con un tema del Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Siempre con ese tema «Había una vez», que viene como anillo al dedo para esta pésima actitud, y empieza así:
Seré heraldo de buenas noticias
Solo si te quedás un rato más
Los espíritus soplan si quieren y vos que recién te enterás
Tarde, otra vez …