Por Elio García |
El 11 de abril el Intendente de Colonia Doctor Carlos Moreira, firmó el contrato para las obras de Remodelación de la Avenida Rodó en Carmelo, con la Empresa BERSUR S.R.L. a un costo de $125:921.813.
Unos días después, el 16 de abril a la media noche el Arroyo de las Vacas marcaba la cota máxima de 2 mts. 85 cms.
Aquí no pasa nada
La histórica marca que alcanzó el arroyo cambió para siempre el escenario de muchos barrios, llegando la creciente a lugares jamás imaginados.
Y tuvo obviamente su gran impacto donde se va construir la obra de Avenida Rodó. Las preguntas vienen a lugar ¿contempla la futura obra un escenario de la escala registrada el pasado fin de semana?. ¿qué sucedería si vuelve una nueva creciente parecida o peor en ese sitio?.
Se lo preguntamos al Dr. Carlos Moreira, Intendente de Colonia y le bajó dramatismo a nuestras preguntas. Dijo que esta obra tiene su estudio técnico y no alterará la marcha de los inicios de la misma, que dicho sea de paso están pronosticados para los próximos días.
El jerarca municipal señaló que esta nueva realidad «no la afectará en nada.»
Pensar distinto
Los vecinos del Barrio Centenario piensan distinto que el señor Intendente. Piden soluciones para una situación que los puso a muchos fuera de sus hogares y con importantes daños materiales, generando mucha inseguridad y dolor en el barrio.
No soy técnico en obras y menos ingeniero hidráulico, pero el sentido común dice, que sería prudente tomar nota sobre lo que sucedió allí. Es mucho dinero el que está en juego para darnos el lujo en permitirnos que cuando venga la próxima gran tormenta destroce todo a su paso, incluso el nuevo proyecto, como podría llegar a suceder.
Deben existir garantías técnicas. Los que saben deben hablar.
Estamos ante una situación inédita y extrema. Un nuevo mapa marca zonas inundables en donde antes nunca llegaba el agua. Más allá del natural crecimiento y ubicación de la ciudad en zonas costeras, las obras públicas deben contemplar no solo esas cercanías naturales, sino interpretar la forma de mitigar tanto desastre.
De todas las cosas que uno aprende con estos escenarios de catástrofe es que las obras públicas las debemos imaginar, ponerlas al límite de lo improbable, no solo registrando datos históricos, sino pensando el mañana.
Tener visión de futuro es parecido a repensar todo esto y por lo menos darnos la libertad en dudar ante lo que creemos no volverá a suceder nunca jamás.
¿Y si sucede?