Por Álex Gutiérrez Páez
Cuando era pequeño, el fotógrafo uruguayo Diego Battiste tenía por costumbre subir a un kayak con una pequeña camarita para retratar a los animales que vivían cerca de los ríos de su Santa Lucía natal, una actividad que, con el paso de los años, hizo que desarrollara un vínculo especial con la fauna.
Actualmente, ya con 42 años y con más de una década dedicada a la fotografía a sus espaldas, decidió impulsar Autóctonos, un proyecto orientado a los más pequeños para dar a conocer la fauna autóctona de Uruguay y que se puede encontrar en Instagram en el perfil @autoctonos.uy, que ya reúne a más de 17.000 seguidores amantes de los animales.
«Si le preguntamos a un niño que nos diga sus animales favoritos, es muy probable que diga el tigre, el elefante, el oso panda. Sería inusual que mencionara animales autóctonos como el carpincho, el tamanduá o el margay», relata a EFE el creador de esta iniciativa de educación ambiental que ya cuenta con un centenar de fotografías de distintos mamíferos, reptiles, anfibios y aves del país.
Por eso, durante su tiempo libre, visita montes, lagunas, ríos y otros espacios naturales uruguayos donde sumar fotos para la colección y así, poco a poco, lograr que los niños sepan identificar algunos de los animales que componen la fauna uruguaya que tanto ama desde su infancia.
«El proyecto va apuntado siempre a escolares, pero como el desconocimiento de la fauna es intergeneracional, la idea también es fomentar el intercambio del niño, que va a la escuela, aprende sobre un animal nuevo y lo comparte con la familia», señala el fotógrafo, que cree que, en general, «la fauna uruguaya es tan diversa como poco conocida y valorada».
Y es que el propio Battiste se incluye en ese desconocimiento, y afirma que, cuando no sabe identificar un animal, recurre a un amigo suyo que trabaja como guardaparques y que tiene una «habilidad inusual» para reconocer diferentes tipos de aves, de las que se cree que hay más de 500 especies en Uruguay.
«En mi perfil abundan las aves, que son más fáciles de encontrar -y menos tímidas- que los mamíferos. Por eso siempre digo que es un proyecto que requiere mucha paciencia», relata.
Uno de los mayores logros de Battiste es haber conseguido el primer registro de un gato montés cruzando un río en Uruguay.
«Fue un hallazgo importante, porque es una prueba que valida diversas hipótesis de que los ríos no serían un obstáculo para que la especie se esparza por diferentes lugares», cuenta con orgullo el fotógrafo.
Asegura que, en este momento, las vías de financiación para tirar adelante el proyecto «son escasas» y que ha tenido que pagar de su bolsillo diferentes materiales, como cámaras trampa, esenciales para fotografiar especies escurridizas, ya que se colocan en lugares estratégicos y se activan cuando detectan alteraciones de temperatura y movimiento.
Una gran fuente de motivación diaria, según Battiste, son las interacciones con sus seguidores, quienes a menudo le envían fotografías de animales para que él los identifique.
«El intercambio en Instagram está muy bueno, porque la gente me comenta que había especies que no sabían que existía y hay mucha retroalimentación», explica el impulsor de Autóctonos, que tiene pensado colaborar en un futuro con un biólogo para ser más preciso en la divulgación sobre la fauna que aparece en sus redes.
Las previsiones futuras del fotógrafo pasan por encontrar métodos para sustentar el proyecto, que ahora mismo cuenta con el apoyo de la consultora Trigo Limpio y del Centro de Fotografía, que depende de la Intendencia de Montevideo.
A mediados de abril, la Fotogalería Parque Rodó de la capital acogerá una muestra de cerca de ochenta fotos de Autóctonos que los visitantes podrán disfrutar de forma gratuita. (EFE)