Carmelo, 20 de diciembre de 2022
“Entre el DOLOR y la EMPATÍA “
Por este medio queremos como familia compartir nuestro sentir.
La madrugada del 2 de diciembre cambió nuestras vidas para siempre, la sirena de bomberos, llamados telefónicos a centros médicos, comisarías, esperando una respuesta que no fue la que hubiéramos querido escuchar, efectivamente era Daniel. El mismo que al ver una luz que se venía encima de ellos, tomó una decisión sabia e inmediata para salvar la vida de los demás que venían con él.
Daniel, locutor, periodista, buena persona, tenía todavía mucho por delante, trabajo, proyectos nuevos y muchos sueños. El día que partió cumplía años uno de sus hijos y no pudo pasar con él. Estuvo consciente mucho rato luego del accidente, luchó hasta el último por su vida, pero su estado por el impacto que recibió era muy grave.
Feliz en compañía de sus afectos, dejó un legado de amor a su familia, en su carrera en el mundo de la comunicación, su pasión; así lo vamos a recordar con su entusiasmo y seguro desde el cielo se escuchará su voz eternamente.
Hemos pensado mucho estos días tratando de entender lo ocurrido, “es el destino” dicen por ahí, “era para él” dicen otros. Nadie es perfecto en esta vida, ni nosotros, ni él. Ninguno de los que estamos escribiendo estas líneas nació en cuna de oro, pero si nos inculcaron valores, como solidaridad, respeto y responsabilidad, empatía (HACERNOS CARGOS DE NUESTROS ERRORES), la gente que nos conoce, bien sabe que realmente es así.
No podemos hablar con nadie (por eso escribimos), porque enseguida viene el llanto y la impotencia. Su compañera no tiene consuelo, sus hijos, sus hermanos. ¡Que la vida continúa! sí, pero sin él es muy difícil, más en esta época del año que florecen otras emociones, como el pasar en familia todos juntos. Sabemos que no somos los únicos que pierden un ser querido de esta manera, pero es injusto, que sea así. ¿Por qué?
Porque somos conscientes de que fue un error humano que se podía haber evitado, ¡porque fue una imprudencia!, porque no podemos tapar el sol con un dedo “SEÑORES”, porque si hubiéramos sido nosotros los que estábamos del otro lado , nos hacíamos cargo, nos acercábamos a la familia para solidarizarnos, a pedir disculpas, tan solo un gesto que nos nos devuelve su vida, pero dice mucho de una persona .La gente que se maneja sin esos códigos no se puede pensar que sea buena gente. Por lo menos es lo que reflexionamos estos días .
Agradecemos cada demostración de afecto, cariño, mensaje que nos han hecho llegar, es una caricia al alma. El apoyo sincero de sus compañeros, amigos y todos los que realmente lo querían. Les damos de corazón gracias por todo lo que nos ayudan día a día.
Creemos firmemente que todo pasa por algo, y esto nos deja otro aprendizaje, estamos más unidos que nunca en esta causa por él y porque así le hubiera gustado vernos. Por él seguimos de pie, porque debemos ser escuchados para que no vuelva a pasarle a otra familia, estamos y continuamos presente detrás de esto hasta que se haga justicia de alguna manera.
A la otra parte les deseamos buena vida, ojalá la justicia divina haga lo suyo, coloque cada cosa en su lugar. Logren identificar también sus propios aprendizajes y los errores que no deben cometer nuevamente.
¡Que su voz sea escuchada, que no se olvide en el tiempo, y que se haga justicia por él y por tantos que salen de sus casas felices y no vuelven nunca más por culpa de gente que circula como quiere por las rutas de la vida!
Para que su descanso sea en paz, ya que no vamos a naturalizar en nuestros corazones estos sucesos nuevamente.
¡Gracias!, solo necesitamos decir que la procesión va por dentro, en silencio, pero aquí estamos con él.
PD.: Palabras de su compañera Juliana:
“…después de haber transitado por diferentes caminos en la vida, el destino nos juntó y nos volvimos uno solo,…yo quedé a medias. Conocimos el verdadero amor, pero nos faltó tiempo.”
Juliana y flia. Marcovich