Un nuevo estudio de CERES analiza el peso del turismo en el conjunto de la economía
La actividad turística registrará un alza en el período 2022-23, así como en años siguientes, pero sin repetir el excelente desempeño de 2017 cuando el ingreso de visitantes llegó a casi 3,8 millones, según un estudio de CERES.
La lenta salida de la pandemia del COVID-19, sin duda que es un motivo evidente de la lenta recuperación del sector, pero las diferencias cambiarias entre Argentina y Uruguay, así como la crisis económica del vecino país, son las explicaciones más de fondo.
El turismo de Uruguay tiene una alta dependencia de los visitantes argentinos que, además de manejar una moneda devaluada, han registrado una fuerte pérdida del salario real, la variable de más incidencia a la hora de viajar, según el estudio.
Un dato ilustrativo de ello, un fundamento del declive, es que, a mediados de 2022, la economía argentina se ubicó en niveles similares a los de 2011.
El director ejecutivo de CERES, el Dr. en economía Ignacio Munyo, presentó las principales conclusiones de este Informe Especial durante el brindis de fin de año de la Cámara Uruguaya de Turismo, el martes 20, en el Hyatt Centric Montevideo Hotel.
A partir de la investigación, CERES plantea un conjunto de recomendaciones con el propósito de apuntalar un sector muy expuesto a los vaivenes regionales: la creación de un sistema unificado de estadísticas que permitan conocer mejor el desempeño turístico y como herramienta esencial de políticas públicas; la instalación de una comisión público-privada para pensar el desarrollo del sector y eventuales medidas que contribuyan a paliar los perjuicios exógenos; una mejora sustancial de la conectividad aérea; el desarrollo de otras modalidades de turismo; y un plan robusto de comunicación digital para atraer visitantes de nuevos mercados.
A continuación, un resumen de los principales hallazgos del estudio:
En 2020, el ingreso de visitantes fue el equivalente al 27% de los turistas que llegaron en 2017; en 2021, bajó al 11%; y en el acumulado de este año (enero-octubre), se ubicó en 47%.
De todos los turistas extranjeros ingresados desde 2000 al 2022, el 67% fue de nacionalidad argentina.
El ingreso de turistas argentinos tiene una tendencia a la baja desde 2017 como consecuencia de las devaluaciones monetarias y caída de la economía del vecino país.
En el último quinquenio, 42% de los turistas ingresaron por los puentes internacionales del litoral; 22% por Colonia; 15% a través del Aeropuerto Internacional de Carrasco; 11% llegó desde la frontera con Brasil; y 10% por otras vías.
La caída de visitantes que ingresaron por la terminal aérea de Carrasco puede estar asociada a las carencias en la conectividad aérea y a problemas de competitividad en la comparación regional.
El gasto de extranjeros en enero-octubre —último dato disponible—, casi que triplica el mismo indicador de igual período en 2021, pero fue 8,2% menor a enero-octubre de 2019.
Maldonado es el departamento que lidera el gasto de los turistas (42,6% del total); sigue Montevideo (32,1%); Colonia (5,6%); Canelones (5,4%); y Rocha (4%). El 10,4% restante agrupa a un conjunto de otros departamentos.
El gasto de los turistas, según extranjeros o provenientes del turismo interno, muestra diferencias. El rubro gastronomía y alojamiento son los que tienen el mayor peso entre los extranjeros. Supermercado, en tanto, es el rubro de más incidencia en el gasto de los turistas nacionales.
El cálculo del peso del Turismo en el PBI confirma la influencia de Argentina en la marcha del sector. En el 2017 tuvo una participación de 8 % de la actividad total; en 2018, de 7,5%; y en 2019, de 6,4%. Las estimaciones de los dos años siguientes reflejan el efecto del COVID-19: 2,6% (2020) y 1% (2021).
La disminución económica, sin embargo, no se reflejó del mismo modo en el empleo. Los puestos de trabajo de 2021 (unos 105 mil) supone una caída menor con relación a la actividad turística.
Maldonado es el departamento de mayor incidencia en término de empleo (12,9% de total) y siguen Colonia, Rocha, Montevideo y Salto.
La investigación detectó que la informalidad es un problema, en línea con el promedio de toda le economía, ubicándose en 23,4% en 2019.
Un 20,9% de los puestos de trabajo asociados al turismo, presenta un riesgo muy alto de automatización en el corto plazo, aunque menor con relación a toda la economía (27,6%), de acuerdo con los cálculos de CERES. Del análisis surge que es un sector que requiere en mayor proporción empleados con habilidades especiales en el trato a clientes, así como de apoyo emocional y relaciones personales. Al ser más intensivo en cualidades humanas, es menor la propensión a la automatización.