Por Elio García
Con sorpresa y profundo malestar recibimos el artículo 774 de la Ley del Presupuesto de 2020 que reglamenta la vehiculización de la publicidad oficial en los medios que no se encuentran en Montevideo.
Es curioso que el mismo ministerio, el Ministerio de Industria, que cotidianamente nos envía a nuestro portal comunicados de prensa, por un lado nos reconoce como medio y por otro no.
Para comunicar -por ejemplo- que Paganini inauguró en Montevideo AL-INVEST Verde Derechos de Propiedad Intelectual, el ministerio se acuerda de nosotros.
Pero a la hora de contratar publicidad en nuestro medio Paganini no está. Para el ministerio no existimos.
El gobierno de esta forma no distribuye ese dinero en forma igualitaria.
Con los portales digitales no invierte un peso de los uruguayos, seguramente porque las presiones son políticas y no tienen en cuenta principios básicos de igualdad, transparencia y libre competencia.
El criterio se parece «a una ayuda» más que a una impronta de justicia con las audiencias. El dinero de los uruguayos se maneja a veces a través de intereses corporativos que explicarían esta triste realidad.
Carmelo Portal puede demostrar el alcance que tiene. Cualquier lector puede conocer los seguidores que contamos en redes sociales. No necesita el gobierno contratar una consultora para medir nuestra cobertura.
Estamos en un momento de transición en los modos de lectura.
La lectura a través de pantallas en forma interactiva, multilineal y simultánea provocará nuevos modos de abstracción en la forma de comprender las cosas.Ya no leemos como antes.
Atravesamos una profunda transformación tecnológica, pero a este gobierno no le importa esas cuestiones.
Lo que estamos asistiendo es a una legitimación pública de la desigualdad. Para unos nada, para otros poquito, para algunos bastante.