No les importa ni el ruido, ni los coches, ni la gente. Es más, casi que lo prefieren. Y si es en grandes cantidades mejor. Las cotorras son también urbanas y de ahí que opten por afincarse también en las ciudades. Lo vienen haciendo en forma para nada silenciosa en la Plaza Independencia, tienen nidos en la araucaria y también en algunas palmeras de la misma.
En muchas ciudades del mundo han puesto en jaque muchas de las palmeras y los cultivos próximos, son consideradas una plaga.
Las cotorras son una especie de ave nativa que causan daños en cultivos de cereales, oleaginosos y frutales. En 1981 la FAO estimo una pérdida por aves para todos los cultivos de U$ 6 millones anuales. Al presente, estas estimaciones deben ser aún mayores, a causa de los cambios en la matriz de producción agrícola-ganadera. En general es muy difícil calcular el daño atribuible exclusivamente a las cotorras ya que éste ocurre junto con otras especies de aves y otros organismos como mamíferos o artrópodos, sostiene un trabajo del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
El ruido que emiten las cotorras no parece ser la principal molestia que pueda causar a los vecinos sino más bien la amenaza de sus pesados nidos depositados en las copas de los árboles, especialmente en las palmeras.
Estas aves tienen una preferencia muy marcada por las palmeras pero hoy más colonias explotan nuevos lugares como pinos, o en el caso de Carmelo su araucaria.
De esta manera, las cotorras también son una amenaza para otro tipo de árboles y también para los ciudadanos: Los nidos no se colocan en el centro como en el caso de las palmeras sino en las puntas de las ramas y se pueden caer en la plaza donde transitan personas, es un riesgo que hay que evitar pero es difícil de prevenir.
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