Por Elio García
Cuando se habla de un proceso de «Balcanización», se describe aquellas sociedades que sufren un proceso de fragmentación que se van volviendo indiferentes entre si y en algunos casos hostiles.
El término nace a raíz del surgimiento de nuevos Estados en la Península Balcánica tras las guerras de los Balcanes (1912-1913), y se retoma posteriormente con las guerras yugoslavas que dieron lugar a la disolución de Yugoslavia entre finales del siglo XX y principios del XXI.
Es así que el término «balcanización» se ha usado como una forma en describir procesos de división de ciertas culturas en identidades separadas, o la forma de mirar los temas de interés político y social en territorio a través de subdivisiones invisibles pero efectivas «la zona oeste» dicen unos para llamar a nuestro lugar, «la zona este» le llaman a algo geográfico pero medido por la impronta de acciones a la medida de esa gente. Descartando muchas veces una mirada integradora.
Por eso le llamamos balcanización a muchas acciones que los actores políticos y de gobierno realizan hoy en el departamento de Colonia.
Hay varios ejemplos, voy a citar solo algunos:
Los abordajes localistas que promocionan la UDELAR en el departamento de Colonia, cada ciudad tiene su galpón o edificio abandonado para ofrecer.
El informe de la primera quincena de la Asociación Turística del Departamento de Colonia que ignora lugares como Carmelo, Punta Gorda, Nueva Palmira e identifica la capital, la zona este y en la zona oeste incluye únicamente Conchillas.
La presentación exclusiva de la zona este del departamento de Colonia (Colonia Este en Punta) en clave turística en Punta del Este ¿por qué no presentar todo el departamento?
Lo organizan «ellos» nos dice una fuente, lo cual no deja de ser interesante en la perspectiva de pensar en el «nosotros». La dualidad ellos y nosotros, la comparación y la delimitación territorial de la propuesta, suman a pensar la política desde espacios bien definidos a través de caudillos locales.
Otro ejemplo discursivo, es la falta de atención de la Administración Nacional de Puertos a Carmelo y en particular la última aparición mediática del presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Juan Curbelo, hablando de los puertos de Colonia y Nueva Palmira e ignorando la realidad de nuestro puerto y la actual problemática del dragado. El Estado a través de sus funcionarios y jerarquías silencian la realidad de un espacio concreto en cercanías, ni más ni menos que de Carmelo, la ciudad del «nadie habla».
El camino hacia la balcanización coloniense, nos habla de una fragmentación territorial cultural, pero que comienza a mostrar inequidades en una diversidad de temas.
Se pronuncia además con una característica peligrosa, hablar de estos temas causa malestar. Hasta el momento no hemos recibido amenazas, pero si llamadas de consulta en tono reproche subidas de tono. Algún funcionario -no tan importante- fuera de lugar pidiendo explicaciones. Un dato menor que igual no hay que despreciar.
Entonces el fenómeno de «balcanización» no se visibiliza -en términos generales- no tanto en las jerarquías, se empieza a notar en mandos medios, en actores locales de medio pelo.
Nada bueno conduce la política de jugar en la chiquita.