Por Alejandro Prieto
Coloridos y jugosos, los tomates antiguos acaparan miradas y cautivan paladares en la ciudad de Paysandú, que, entre turísticos paseos en tren y excursiones a islas, encontró en este fruto y con sus variedades más raras la estrella de una cata gastronómica singular.
Atigrados y verdes, pequeños y amarillos, abultados y azulados, son muchos los que al verlos dudan de si efectivamente son parientes cercanos del típico tomate rojo que, en rebanadas o en su versión cherry, corona las tradicionales ensaladas de la mesa familiar.
ANTIGUOS PERO FRESCOS
El docente de informática Alberto Castañero estaba «bien alejado» del día a día de la producción agrícola hasta que, al conseguir semillas para una huerta familiar, dio con una de tomate amarillo que le llamó la atención.
«No sabía ni que existían y ahí a través de las redes empiezo a investigar y veo que no solo hay amarillos sino de todos colores», explica a EFE el sanducero -como se denomina a los oriundos de Paysandú-.
Así Castañero comenzó una colección de semillas que ya supera las 300 variedades de los denominados «tomates antiguos», que, explica, son aquellos cuyos registros superan los 50 años de antigüedad y que son sobre todo «españoles, franceses e italianos».
«Yo no paré más, empecé cada día a buscar más (semillas) hasta que un día hace tres años me pongo a ordenar esa colección (…) y viene un productor del sur del país, Paul Bennet, y me dice ‘¿qué querés hacer con esto?’ y le digo ‘una cata de tomates'», cuenta.
Así surge la Cata Nacional de Tomates, un evento para celebrar esta fruta históricamente catalogada como verdura que en su tercera edición llegó con una fuerte apuesta por potenciar la creatividad desde las diversas propuestas gastronómicas de Paysandú.
RAVIOLONES, SALMOREJOS Y BOMBONES
Con un típico atardecer uruguayo de cielo anaranjado como telón de fondo, la tercera Cata Nacional de Tomates dio inicio en un circuito gastronómico por paradores y restaurantes en que los comensales pudieron degustar desde raviolones rellenos de tomates deshidratados, hasta la tradicional pizza o un jugo especial de naranja con tomate verde.
En el restaurante sanducero París Londres, la chef Barnabela Xaubet eligió preparar un salmorejo de tomates que, destacó, es «un plato súper sencillo pero súper rico y bastante versátil para acompañarlo con distintos toppings (aderezos)».
En tanto explica que para esta sopa fría con textura cremosa utilizó tomates perita rojos y cherry amarillos acompañados de ajo, apio y migas de pan de masa madre, Xaubet subraya que el local nunca había preparado salmorejo, por lo que fue «diseñado» para la cata.
Es que, dice la directora de Desarrollo Estratégico y Sostenible de la Intendencia de Paysandú, Antonella Goyeneche, desde la segunda edición del evento el Gobierno local tuvo la iniciativa de crear un entorno donde productores y cocineros puedan «experimentar» con «ideas locas» que potencien la identidad gastronómica de la zona.
Se trata del Observatorio Gastronómico que, según la referente, busca ser «un espacio donde el riesgo sea cero», pues la Intendencia se asegura de que los participantes no tengan que invertir, sino «crear y convidar con lo que están cocinando», que, resalta, para esta cata pasó por crear una versión de cheesecake, del típico dulce de leche o de bombones con el tomate como ingrediente distintivo.
TOMATE EL TREN, TOMATE LA LANCHA
Culminada la cata sensorial de tomates, en la que, asesorados por los técnicos de la Licenciatura de Análisis Alimentario dictada en la Universidad Tecnológica UTEC, los participantes pueden calificar cinco variedades de la fruta para generar datos que servirán a los propios productores, el evento está lejos de terminar.
Pese a que, subraya el secretario general de la Intendencia de Paysandú, Fermín Farinha, los productores «tuvieron que hacer un esfuerzo mayor» este 2023 por la dura sequía que afecta al campo uruguayo, las actividades continuaron hasta la noche de la segunda jornada, cuando en una feria los visitantes pudieron participar de talleres o comprar productos orgánicos singulares.
Para llegar hasta el predio, además, el público pudo disfrutar de un trayecto en tren, bautizado «Tomate el tren», dispuesto especialmente, pues en Uruguay ya no corren desde la década de 1980 líneas comerciales por las vías.
Farinha, que califica a la temporada turística del departamento (provincia) sanducero como «altamente positiva», celebra también el énfasis en el turismo fluvial mediante un paseo en lancha hasta la Isla San Francisco, en el río Uruguay, donde se puede disfrutar de una playa de aguas cristalinas.
«Siempre queremos sumar, posicionarnos a nivel regional como una opción válida (…); hacer un turismo que no esté centralizado solamente en el disfrute vinculado al río sino sumando este tipo de instancias que permiten a quien nos visite tener diferentes sensaciones, experiencias», remarca.
Es que, como señala Goyeneche, sea a pie, en lancha o en tren, «La Heroica» -como se la conoce- Paysandú avanza a buen ritmo rumbo a convertirse en «la capital del tomate», un objetivo que, como la singular fruta colorada, brilla a la distancia y capta nuevas miradas.
EFE
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