8M: La violencia digital trasciende la frontera de la virtualidad

FOTO Marcos Calvo

En el marco del Día Internacional de la Mujer, ESET, empresa dedicada a la detección proactiva de amenazas,  advierte sobre las 3 formas más comunes de violencia y comparte recomendaciones para intentar prevenir la violencia de género en línea.

“Si bien la tecnología ha sido de gran utilidad para que las mujeres puedan entrar en contacto, organizarse y difundir la lucha contra las desigualdades de género, esas mismas tecnologías han sido utilizadas para llevar adelante amenazas y extorsiones, difundir información sin consentimiento o realizar otros actos de violencia contra las mujeres.”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.

Según el sitio de Take Back The Tech! hay 3 formas de violencia más comunes contra las mujeres:

Chantaje: Ocurre cuando se amenaza con revelar información difamatoria o perjudicial sobre una persona si no se paga un determinado precio. Este precio no siempre es monetario, sino que puede incluir favores sexuales o control emocional sobre la persona afectada. Un caso especial es el de la porno venganza: cuando alguien publica contenido como fotos o videos sin el consentimiento de la parte afectada, ya sea para provocar humillación o vender el contenido a terceros. Tanto en el caso de que las fotos hayan sido obtenidas por hackeo, como por acceso físico a dispositivos o incluso por confianza, no se debe estigmatizar la práctica del sexting en sí. Violar esa intimidad es un delito, y se deben tomar las denuncias con seriedad; frases como: “es tu culpa” o “tú te lo buscaste” no deben ser aceptadas como respuesta a la preocupación de la víctima.
Es importante y se debe saber que existen riesgos asociados y por consiguiente, desde ESET se recomienda tener en cuenta las buenas prácticas de seguridad.

Ciberacoso: El ciberacoso tiene que ver con el hostigamiento, humillación e injurias sufridas a través del uso de medios digitales. Comprende la suplantación de la identidad, creación de perfiles falsos online, e incluso la vigilancia a través de spyware (software que se instala en el ordenador sin que un usuario tenga constancia de ello) o acceso a los perfiles de redes sociales. En muchos casos los atacantes se escudan detrás del anonimato e incitan su campaña de odio mediante el uso de hashtags y publicaciones para que sean compartidas por grupos de personas. Al sufrir estos ataques, es conveniente bloquear al acosador e intentar cortar las vías de comunicación de inmediato. En el caso de que los mensajes abusivos sigan llegando, se deberían guardar copias de las comunicaciones, no borrarlas. Esto servirá de soporte para acudir a las autoridades. Debido al aumento de los casos y a que cada vez más mujeres han alzado la voz, la legislación está cambiando para contemplar y dar atención a esta problemática.

Discursos de odio: Refiere a cualquier expresión que trivializa, glorifica o incita a la violencia de género. No debe confundirse con la libertad de expresión, que es un derecho universal, pero que tiene limitaciones en tanto entra en contacto con otros derechos. En la mayoría de los países, el discurso de odio está prohibido cuando incita a la violencia o acciones perjudiciales contra otras personas. Uno de los escenarios que más se repite tiene que ver con el discurso de odio contra periodistas mujeres; sobre todo cuando se abordan temas históricamente dominados por hombres, como deportes, juegos o política.

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