Las áreas más afectadas por la burbuja de calor se concentran alrededor del Río de la Plata con máximos sin precedentes para marzo, advierte MetSul.
La ciudad de Buenos Aires ya batió dos veces este mes su récord absoluto de marzo y la ola de calor no tiene precedentes en intensidad y duración en esta época del año.
Los residentes de Uruguay y Argentina ya no soportan tanto calor. Argentina enfrentó su verano climático más caluroso desde que comenzaron los registros, superando el de 1989.
Con temperaturas récord y la sequía que asola la agricultura, este es un verano como nunca antes.
En noviembre, todavía en primavera, se produjo la primera de nueve olas de calor, cuando lo habitual son cuatro o cinco. Además, se espera que el calor continúe hasta el otoño, con temperaturas superiores a la media, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
El mes pasado fue el segundo febrero más seco, con un 41,9% menos de lluvia que la media. «Es difícil, por ahora, atribuir todo al cambio climático», dijo a la AFP Cindy Fernández, experta del SMN. Sin embargo, estudios indican que “el cambio climático hace 60 veces más probable la ocurrencia de olas de calor prolongadas y de gran extensión territorial”, como viene ocurriendo en Argentina.
Estela Lago, de 49 años y vendedora en una tienda de conveniencia en Buenos Aires, está harta de este verano interminable. «No lo soporto más. Tenemos un calor extremo desde noviembre, es marzo y no ha terminado”, se quejó.
“No es normal tener olas de calor en marzo, esta última fue muy larga, duró siete días en la ciudad de Buenos Aires”, dijo Fernández, quien indicó que la duración habitual es de tres días. La combinación de altas temperaturas y sequía ha provocado incendios forestales y ha afectado los rendimientos agrícolas del país, uno de los principales exportadores de alimentos del mundo.
“Argentina vive un escenario climático sin precedentes en la agricultura moderna”, advirtió la Bolsa de Comercio de Rosario en su último informe. “No hay lluvias a la vista que permitan establecer un piso para la zafra, la situación es muy grave y podría empeorar”, agregó.
La producción de soja, principal producto de exportación, caerá a su menor volumen en 14 años, con pérdidas también en las cosechas de trigo y maíz.
La Bolsa de Comercio de Rosario ha estimado pérdidas de US$10.000 millones este año.
“Los niños se desmoronan, no se pueden concentrar, hay 39 alumnos en un salón sin circulación de aire”, describió Patricia Castro, madre de una niña de 7 años, que asiste a una escuela pública del barrio bonaerense de Boedo. Aires, que dispone de aire acondicionado.
“El patio donde hay clases de educación física arde, sin sombra, es inhumano”, dijo la madre, quien, aun así, envía a su hija a la escuela “porque en casa no hay quien la cuide”.
Daniel Botaro, padre de unas gemelas de 8 años, decidió no enviar a las dos al colegio “hasta que el calor dé un respiro”.
Las autoridades, sin embargo, decidieron no suspender las clases y se multiplican las quejas de los padres. “En la escuela con estas temperaturas y sin aire acondicionado, con el peligro que eso representa… hay poco respeto por los niños”, dijo Ricardo Merkin.
En Buenos Aires se montó un operativo para distribuir agua embotellada en las escuelas.
El Ministerio de Salud mantiene alerta para prevenir la insolación. El aumento de la demanda de energía por las altas temperaturas también provocó cortes de energía y protestas de los usuarios.
“El calor afecta más a las personas de pocos recursos, sobre todo a los niños”, dijo Ernesto Texo, un abogado de 70 años, al recordar que la pobreza afecta al 37% de la población argentina.
Para Valeria Sparrow, una trabajadora de 50 años, “el calor te cansa, pero la inflación es peor”, que en 2022 fue casi del 100 %.
La ciudad de Buenos Aires batió ayer su récord de temperatura máxima del mes de marzo por segunda vez este mes con 38,9ºC en medio de una brutal e histórica ola de calor sin precedentes para esta época del año en la región.
El día 2 la temperatura alcanzó los 38,0ºC en la capital argentina. Fue, entonces, la marca más alta observada en marzo desde que comenzaron las mediciones en 1906 en la ciudad. La marca superó el récord anterior de 37,9ºC del 7 de marzo de 1952.
Si el registro de la década de 1950 permaneció intacto durante 70 años, el registro del 2 de marzo de este año duró solo diez días.
Eso porque la máxima de hoy superó la registrada hace diez días con la intensificación del calor en el centro argentino. El Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en el Gran Buenos Aires, registró ayer una máxima de 39,6ºC. El viernes, la máxima en Ezeiza fue de 39,4ºC.
Fue cuando por tercera vez este mes cayó el récord de temperatura máxima en la estación de marzo. El récord de marzo ya se había batido el día 1 con 38,1ºC y el día 2 con 39,1ºC.
Lo que sucede en el centro de Argentina está muy por fuera de la curva histórica.
La temperatura máxima en el norte de la provincia de Buenos Aires, incluida la capital federal, está entre 8ºC y 10ºC por encima de lo normal en lo que va de mes. Para ponerlo en contexto, un período de diez días que es de 4°C a 5°C más cálido que el promedio es mucho, pero 8°C a 10°C de anomalía positiva es algo extraordinario.
Implacable el calor en Uruguay
En Uruguay, el calor también ha sido implacable. La estación automática del Instituto de Meteorología de Uruguay mostró el sábado una máxima de 40,5°C en Mercedes, aunque el récord en la estación convencional fue de 39,7°C. Casi todo el interior del país tuvo ayer marcas de 37ºC a 39ºC con una máxima en Montevideo de 38,1ºC en el aeropuerto de Melilla.
Vía: MetSul
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