Uruguay, el país que no llegará a los cuatro millones de habitantes

Uruguay comenzará este sábado un nuevo censo, mientras los expertos sostienen que este arrojará un crecimiento poco significativo en un país que posiblemente nunca llegue a tener cuatro millones de habitantes. TVEFE

Uruguay comenzará este sábado un nuevo censo, mientras los expertos sostienen que este arrojará un crecimiento poco significativo en un país que posiblemente nunca llegue a tener cuatro millones de habitantes.

Pasaron casi 12 años del último relevamiento de este tipo y en ese momento eran 3.286.314 las personas que vivían en el país suramericano, apenas 45.311 más que en 2004.

«Los uruguayos están acostumbrados ser pocos», asegura a EFE el profesor de historia de la Universidad de la República Gabriel Quirici, quien agrega que dicha nación «no necesita crecer más de lo necesario» en materia de población.

Históricamente el país no fue numeroso, de hecho, el censo de 1985 indicó que había 2.955.241 habitantes y en el de 1996 la cifra superó por primera vez los tres millones.

Mientras tanto, en 2011 -cuando un nuevo censo mostró que había que 3.285.877 personas viviendo en Uruguay- se proyectó que en 2023 se superarían los 3,5 millones.

POCAS PERSONAS MÁS

Hoy, por diferentes motivos, los expertos no confían que la población haya crecido tanto. Uno de estos es que el país se adelantó en el proceso de «transición demográfica», en el que la población tiene pocos hijos y vive más años.

«Desciende la mortalidad y luego desciende la fecundidad y cuando ambas llegan a un mismo punto ya la población no crece más», explica a EFE Ignacio Pardo, profesor adjunto del Programa de Población de la Universidad de la República.

El docente apunta que este proceso lo padecerán todos los países en algún momento.

«Uruguay pasó por este proceso antes que la mayoría de los otros países de América Latina y llegó ahora a niveles de fecundidad muy bajos, de los más bajos de su historia», añade.

Es que, mientras que en 2015 hubo alrededor de 48.000 nacimientos, en 2022 fueron casi 32.000.

No obstante, Pardo descartó que el Estado uruguayo deba generar políticas que incentiven la natalidad.

Por su parte, Fernando Filgueira, jefe de la Oficina del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Uruguay (Unfpa) explica a EFE que la noticia en la baja de la fecundidad «esencialmente responde a que las mujeres tienen más control sobre sus decisiones reproductivas».

Filgueira se mostró optimista -sobre todo- por el descenso de los embarazos adolescentes y aseguró que la baja natalidad puede tener impactos positivos en tanto se pueda incrementar la inversión en poblaciones más pequeñas.

Sugiere que si hay menos niños, existe la posibilidad de llevar a cabo una inversión para que estos puedan llegar a la vida adulta con un «mayor potencial de productividad».

De todas maneras, varios expertos coinciden en que la baja fecundidad presenta un conjunto de desafíos a futuro para el Estado uruguayo.

Uno de estos es que será cada vez más pequeño el número de personas activas que deberán sostener el sistema de seguridad social.

Sobre esto, Filgueira apunta a que una posible solución es otorgarle más oportunidades laborales a las mujeres.

«Hay muchas mujeres que no aportan al sistema de seguridad social, porque tienen una carga de cuidados y de trabajo no remunerado que no les permite una inserción en el mercado laboral o no les permite una inserción en el mercado laboral formal», explica.

Por otra parte, el experto añade que la emigración y la inmigración en Uruguay son «relativamente importantes».

De acuerdo con esto, concluye que la forma en se integra a los migrantes en la sociedad «constituye una clave para transitar estas etapas demográficas».

UN NUEVO CENSO

A pocas horas de comenzar el séptimo censo en la historia del país, el director del Instituto Nacional de Estadística de Uruguay (INE), Diego Aboal, remarca a EFE la importancia de estos.

«Los censos permiten caracterizar quiénes somos, tener un perfil de quiénes somos los uruguayos y luego de once años, transcurrida una pandemia mediante y demás, seguramente somos diferentes hoy a lo que éramos antes», dice.

En estos once años, se han recogido datos en diferentes encuestas, pero Aboal asegura que los censos permiten tomar una fotografía «más nítida» de la población.

El formulario, que estará disponible por primera vez en formato en línea a partir de la noche del sábado 29 de abril, permitirá identificar cómo se comportaron los uruguayos en los últimos años, hacia dónde se desplazaron o dónde se mantuvieron y en qué condiciones viven.

Aboal considera que el censo podría traer luz a ciertos fenómenos, como lo es conocer el número de inmigrantes que hoy habitan Uruguay y el estilo de vida que mantienen.

El formulario también incluirá nuevas preguntas relacionadas con el teletrabajo y el número de mascotas que se tiene en los hogares.

El INE aspira a anunciar el número de habitantes contabilizados una vez que la última puerta se cierre a espaldas del censista, pero tomará más de seis meses procesar en detalle la información recogida.

EFE

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