¿Maestro, qué es el boniato?, se titula el libro que lanzó el coloniense Gustavo Fripp Rojas en 2019, quien estaba al frente de su propio boliche en el casco histórico. Las diferencias idiomáticas entre las dos orillas lo habían conquistado, pero con el desplome del peso, los pocos argentinos que iban no podían comprar su libro: “Bajaban a comprar pan y fiambre en el supermercado porque no les alcanzaba para otra cosa”, así empieza la nota de la periodista Gabriela Cicero en Infobae.
Gustavo Fripp Rojas en diálogo con el portal argentino Infobae desde su casa en Montevideo, cuenta cómo se le ocurrió escribir un diccionario de uruguayismos para porteños en el peor momento: “Qué lo parió Mendieta”
La idea llegó después de que una amiga argentina que vive en Colonia hace muchos años -como otros tantos argentinos-, le propuso hacer un folleto.
“Ella sabía que yo escribía. Me vino con la idea de escribir el significado de términos uruguayos clásicos:champion, lampazo, caldera, boniato. Una cosa chiquita para darle a los visitantes argentinos.
Entonces me puse a escribir las palabras básicas que conocemos en las que tenemos diferencias y me empecé a enroscar, empecé a consultar a la gente conocida de allá, argentina, si las usaban o no, empecé a investigar en otros diccionarios, en Internet y al final estuve dos años escribiendo. De un folletito terminó siendo algo a largo plazo”. Dos años de escritura e investigación.
A pesar de las diferencias lingüísticas el menú no ofrecía mayor dificultad para los argentinos que llegaban a su restaurante del casco histórico de Colonia, que funcionó a la vuelta del faro, entre 2014 y 2019. Pero había dos palabras preguntaban reiteradamente. “Elboniato y el entrecot. Tenía en el menú boniatos fritos y tenía entrecot al tannat y al vino tinto. A veces la guarnición del entrecot eran los boniatos fritos. Entonces las preguntas clásicas de ese momento de todos los argentinos era ‘¿Qué es boniato, maestro?’ ‘¿Qué es entrecot?”
Su restaurante en Colonia se llamaba ”Que lo parió, Mendieta”, en honor al gaucho Inodoro Pereyra, del rosarino Roberto Fontanarrosa, y la famosa frase dirigida a su perro parlante, Mendieta, historieta de la que Gustavo es muy fan, lo cerró en 2019 frente al desplome del peso argentino y el turismo.
El diccionario “irreverente, polémico e hilarante”, según sus editores, contiene unas 600 palabras. Cuando lo lanzó Fripp nunca imaginó que los planes de la venta del libro a los argentinos se iban a aguar de ese modo. “Cuando salió el libro vino la pandemia y aparte, el peso argentino prácticamente pasó a valer nada, igual que ahora pero peor. En aquel momento antes de la pandemia, elpeso argentino llegó a valer un centésimo, que es lo que viene después de cero. Es más, eso como moneda no existe. Ya no se usa. Está el peso y no hay fracciones. Si hubiera mandado el libro a la Argentina hubiese valido con el tipo de cambio una plata que haría imposible el acceso a cualquier persona. En 2019 los visitantes ya eran muy pocos y los que venían, la plata que traían no les alcanzaba para nada. Se veía gente con camionetas grandes, de buen poder adquisitivo, que bajaban a comprar pan y fiambre en el supermercado porque no les alcanzaba para otra cosa. La gente se quería matar, no le alcanzaba para comprar cigarro, no podía comprarse una cerveza, no podía sentarse a comer en ningún lado”, relata. O como lo cuenta en su libro: “los visitantes argentinos debían vender un pulmón para comprar un paquete de cigarros o el hígado para tomarse una cerveza”.
Finalmente el libro encontró sus lectores. Comenzaron a comprarlo sus compatriotas para llevar a la Argentina, de regalo, para sus familiares, amigos. Porque gracias al cambio, ahora ellos vienen mucho para Buenos Aires. Cruzan como quien va a tomar un mate, asegura el autor. Y también lo compra gente de otras partes, chilenos, brasileños, europeos. “El tema del habla genera curiosidad en todo el mundo”, considera.
El restaurante Que lo parió Mendieta bajó las persianas cuando se desplomó el peso argentino. “Si hay una mala temporada es muy difícil sobrevivir el resto de año. Cuando vi que el peso no se iba a recuperar más me dije, me voy a Montevideo”.
La primera edición del libro se agotó y la segunda fue actualizada porque la lengua al estar viva, cambia todo el tiempo. Se agregaron palabras, se corrigieron otras. Y se sumaron las ilustraciones de Gustavo Sala, quien ensalzó el espíritu humorístico. El libro estuvo presente en un stand de la última edición de la Feria del libro y su precio está por debajo de lo que cuesta comprarlo en una distribuidora de Uruguay
Vía: Infobae