El éxodo hacia una Argentina súper barata pone en jaque a Uruguay

. EFE/Iván Franco

Por Alejandro Prieto

El «desmadrado» éxodo hacia una Argentina con precios súper baratos como consecuencia de la inflación pone en jaque al litoral oeste de Uruguay, donde las medidas del Gobierno para paliar la fuga de capitales y el alto desempleo son vistas como «totalmente insuficientes».

Con postales como la del fin de semana previo al 1 de mayo, cuando se formaron en los tres puentes que conectan a las naciones del Río de la Plata filas de vehículos hacia Argentina de hasta dos kilómetros y medio y una medición que arroja para uno de los pasos una diferencia de precios de 144 %, las alertas están encendidas en Uruguay.

DESMADRE DE COMPRAS

Presente desde antes de que se reabrieran en 2021 las fronteras cerradas a raíz de la pandemia, la diferencia cambiaria entre Uruguay y Argentina no es un problema nuevo para los departamentos uruguayos de Artigas, Paysandú, Salto, Río Negro, Soriano y Colonia.

Es que, como describe en diálogo con EFE el intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, en ciudades como la capital de su departamento, conectada por puente con la argentina Colón, cruzar es «muy fácil» y puede tomar 10 minutos.

Sin embargo, la escalada de la inflación en Argentina, que en su última medición alcanzó el 108,8 % anual mientras que en Uruguay solo escaló al 3,19 % en el mismo período, ha exacerbado la preocupación sobre una disparidad que el ministro de Trabajo y Seguridad Social uruguayo, Pablo Mieres, ha calificado como «imposible de solucionar».

«Es todo más barato, entonces la gente como está tan cerca cruza y muchos cruzan por todo: a almorzar, a cenar, a tomarse un buen vino, a usar servicios profesionales de odontología u oftalmología. Las farmacias son muy baratas, las ópticas, los servicios de estética las peluquerías, todo», indica Olivera.

Desde la fronteriza con Concordia (Argentina) Salto, el empresario turístico Marcelo Faccini remarca que se han perdido «muchas fuentes de trabajo» y que, con idas al lado argentino que ya son hasta para quedarse a vivir allí -desde Salto fuentes estiman que ya lo hicieron 2000 personas-, «se ha desmadrado todo».

«Alquilan casas allá porque la vida le sale más económica, un alquiler de una casa más o menos buena anda en el eje de los 50 o 60.000 pesos argentinos (unos 250 dólares) en este momento (…); acá con esa plata no te alquilas nada, entonces es un desbunde (fiesta) y un disparar de divisas impresionante», enfatiza.

MEDIDAS INSUFICIENTES

El pasado 10 de mayo el Gobierno anunció una batería de medidas para paliar la crisis en el litoral que incluyó llevar del 30 % al 40 % la rebaja del Impuesto Específico Interno en las enajenaciones de gasolina para acercar su precio al de Argentina y restituir exoneraciones dispuestas en 2021 para los comercios.

Las medidas, que abarcan además descuentos en farmacias y un subsidio que incentiva las contrataciones, son «tardías» y «totalmente insuficientes» para el secretario general de la Intendencia de Salto -del opositor Frente Amplio-, Gustavo Chiriff.

«Creo que el Gobierno debería tener otra mirada, sobre todo hacia los precios de frontera, que es hacia donde apuntamos. Hasta ahora no se ha metido con lo que entendemos que es el nudo de todo esto, que son los importadores», alega, a lo que subraya que falta, por ejemplo, autorizar la micro importación para productos básicos.

Elaborado por el Observatorio Económico de la Universidad Católica del Uruguay, el Indicador de Precios Fronterizos arrojó que en mayo la diferencia de precios entre Salto y Concordia escaló al 143,6 % y que los alimentos y bebidas no alcohólicas son 159 % más caros en esa urbe uruguaya.

A lo que Faccini subraya que desde el Ejecutivo «no ven toda la realidad» y que «no se ha hecho nada» para un sector especialmente golpeado como el del turismo, Chiriff remarca que los tres departamentos con puentes a Argentina tienen los mayores índices de desempleo del país y, entre ellos, Salto tiene el más alto, con 14,7 %.

A la prensa, el ministro Mieres matiza que Salto «ha tenido históricamente una tasa de desempleo más alta» y explica que se responde «dentro de lo posible», pues la economía argentina tiene «un desajuste muy general».

Olivera, en tanto, dice que en Paysandú se busca compensar las pérdidas con atracción de turismo mediante «fiestas, congresos o eventos deportivos».

EL CERO KILO Y LA LIBERTAD

Preguntado por la situación, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, dijo recientemente a los medios que está descartado imponer en la frontera el «cero kilo» para el ingreso de compras porque es razonable que quien alimenta a su familia haga el surtido «donde le da la plata».

A lo que rige un máximo de ingresar cinco kilos por persona cada 15 días, Olivera coincide con el presidente en que llevarlo a cero impacta «mucho más» en quien compra lo justo por necesidad que en quien está holgado y viaja a gastar, que es lo que, según Lacalle Pou, se busca «desestimular».

«Definitivamente no apuntamos al cero kilo pero sí al control del contrabando grande», manifiesta a prensa el presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales (CCE), Diego O’Neill, para quien es clave rever «las regulaciones sobre los importadores» que encarecen los productos.

Por otro lado, cuestionados sobre si la opción de restringir la circulación está sobre la mesa, tanto Chiriff como Olivera -del oficialista Partido Nacional- dicen que no.

«Siempre a alguno le se le ocurre decir ‘vamos a prohibir que los vehículos buenos puedan…’ Pero no, (hay que) respetar la libertad», redondea este último.

EFE

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