Por Àlex Gutiérrez Páez
Miles de uruguayos salieron este lunes a recibir a los flamantes campeones del mundo sub-20, recién llegados de Argentina tras derrotar ayer en la final a Italia por 1-0, con cánticos de «Dale campeón», grandes banderas y, sobre todo, muchos agradecimientos por llevar al país a lo más alto.
Los integrantes de la Celeste aterrizaron este mediodía en el aeropuerto internacional de Carrasco, donde desde el minuto uno sintieron los ánimos y el cariño de un millar de aficionados que se trasladaron en automóvil para acompañarlos en su recorrido en caravana hasta el Estadio Centenario.
Allí les recibió en primera instancia la vicepresidenta de Uruguay, Beatriz Argimon, quien le dijo a los medios de comunicación: «Hay una mezcla de sentimientos: recordar lo más rico de nuestra historia y renovar las esperanzas con ellos. Es una apuesta al futuro muy fuerte».
Apuntó que existe la posibilidad de que se les haga un reconocimiento en el partido amistoso que jugará la selección absoluta el próximo miércoles contra Nicaragua en el Estadio Centenario, como premio por una hazaña para la que «no hay lugar ni espacio en este territorio donde no se haya disfrutado».
Por su parte, Luis Suárez, quien felicitó a los campeones mediante una videollamada al finalizar el partido, celebró el triunfo celeste en la caravana para compartir con ellos este momento tan importante para un país que vive el fútbol el doble de intenso.
«Somos campeones del mundo, pusieron al país en lo más alto. Orgulloso de ustedes, gracias por esta alegría!», compartía el ‘Pistolero’ en sus redes sociales pocas horas antes de festejar con sus compatriotas juveniles.
Uno de los más aclamados de la jornada fue el héroe de la final, Luciano Rodríguez, quien dijo recordando la jugada de su gol ante Italia: «Por suerte se me dio y pudimos ser campeones del mundo, que es lo más importante».
Rodríguez aseguró que por su cabeza pasaron muchos recuerdos «por todo lo que tocó pasar», en alusión a su polémica expulsión ante Gambia en octavos de final que lo mantuvo fuera de la cancha hasta la final.
«Pensé en la alegría de mi familia y de todo el pueblo uruguayo, que se lo merece», sostuvo.
Precisamente con los hinchas uruguayos compartieron la Copa del Mundo, que fueron alzando por turnos a lo largo del recorrido, conversaron con ellos mediante un directo de Instagram de Alan Maturro, Balón de Plata del Mundial, y les lanzaron camisetas desde la caravana.
Algunos como Sosa o Abaldo incluso se sumaron a los cánticos de los más fanáticos a golpes de tambor y gritos a pleno pulmón.
Otro de los héroes de la gesta fue el capitán de la Celeste, Fabricio Díaz, a quien los rumores del posible interés del Barcelona en su fichaje no le hicieron temblar las piernas para comandar a su selección hasta el primer Mundial sub-20 de la historia del país.
«Una locura tremenda y un orgullo, es inexplicable. Vamos a disfrutarlo mucho», subrayó el centrocampista del Liverpool montevideano, que ha sido el jugador que más pases clave ha llevado a cabo en todo el campeonato con un total de 31, y también el que más ocasiones ha creado, 20.
«Ni ayer, ni hoy, ni nunca me voy a poder sacar esta copa de la cabeza», enfatizó Díaz.
Seguramente tampoco lo podrán hacer los 3,5 millones de uruguayos que comentarán durante días en televisiones, bares y comidas familiares el éxito de unos ‘pibes’ que han sabido representar ‘La Garra Charrúa’ que tan conocidos los hace mundialmente.
EFE