La economía argentina, que se encamina a una recesión y ya sufre una inflación superior al 114 %, presión fiscal, mercados de deuda cerrados, escasez de divisas y un «cepo cambiario» que dificulta importar y transferir utilidades, empuja a ciudadanos y empresas a mudar sus operaciones o residencias a Uruguay.
El especialista en negocios internacionales Marcelo Elizondo menciona a EFE tres fenómenos: el empresario que se va a vivir a Uruguay, pero deja sus plantas de producción en Argentina; el que monta su centro de operaciones en Uruguay; y los empresarios que siguen en Argentina pero las nuevas inversiones las hacen en Uruguay.
Entre 600 y 800 personas de Argentina se han convertido en residentes fiscales en Uruguay desde el inicio de la pandemia hasta estos días, que se suman a las empresas argentinas que han expandido sus negocios al otro lado del Río de la Plata por las vulnerabilidades argentinas y las facilidades de recepción por parte de los uruguayos, según informa a EFE la embajada de Uruguay en Argentina.
Respecto de los empresarios argentinos que decidieron residir fiscalmente en Uruguay, los casos emblemáticos son el fundador y presidente de Mercado Libre, Marcos Galperín; el de Globant, Martín Migoya; y el petrolero Alejandro Bulgheroni, presidente de Pan American Energy, quien también tiene en Uruguay negocios agropecuarios, como la empresa Estancias del Lago, y vitivinícolas, como la Bodega Garzón, la mayor exportadora del país vecino.
El encargado del área económica y comercial de la embajada uruguaya, José Reyes, indica a EFE que una de las opciones para cualquier extranjero que quiere residir fiscalmente en Uruguay es comprar una propiedad de 380 mil dólares, que es un objetivo «relativamente bajo» para ingresar a Uruguay, y residir un mínimo de 60 días al año en territorio uruguayo.
Al mismo tiempo, resaltó que más de 15.000 argentinos tramitaron su residencia legal en Uruguay para poder cruzar la frontera desde Argentina cuando arrancó la pandemia de covid-19, en marzo de 2020: 7.243 en 2020 y 9.339 en 2021, según un informe de Uruguay XXI, la agencia de promoción de inversiones, exportaciones e Imagen País.
Esto se debe a la estimación de que existen más de 150.000 propietarios argentinos, principalmente en el departamento de Maldonado (sureste), donde se encuentra la ciudad de Punta del Este, uno de los balnearios uruguayos preferidos para sus vacaciones.
‘HUB’ DE EXPORTACION
«Desde la embajada estamos viendo que mucha gente está cruzando a Uruguay como oportunidad de tener empresas que tienen en Argentina», explica Reyes, quien señala las cadenas gastronómicas argentinas que se instalan en Uruguay para ampliar sus mercados al otro lado del Río de la Plata: Lucchiano, Mostaza, Le Pain Quotidien, entre otras.
Empresas argentinas que se expandieron en Uruguay son la alimenticia Arcor, la proveedora de turismo Despegar.com, la tecnológica Globant, la empresa de comercio electrónico Mercado Libre, la productora de hidrocarburos Pluspetrol y Satellogic, que decidió instalarse en Uruguay para fabricar satélites, según Uruguay XXI.
«Uruguay sigue siendo un país que busca recibir inversores de todas partes del mundo. Es un mercado pequeño, no hay escala (3,5 millones de habitantes). Por eso se ha convertido en un ‘hub’ de exportaciones. Las empresas se instalan para abastecer al mercado local y exportar», dice Reyes, quien menciona los laboratorios argentinos Bagó, Gador, Elea y Roemmers.
«Apuntamos a que Uruguay sea un gran ´hub´ de exportación de todo tipo de servicios», destaca Reyes.
PAÍSES HERMANOS
Uruguay vende confiabilidad y certidumbre, facilidad para hacer negocios, talento y calidad de vida; en tanto, prevé que el PIB crezca 2 % en 2023, la inflación fue de 7,61 % en abril pasado y tiene una calificación crediticia alta.
En contraste, Elizondo menciona «el enorme intervencionismo» que hace «difícil operar» en Argentina, respecto del control de precios, la falta de financiación y cambios regulatorios, además de «la conflictividad social y laboral», «la complejidad impositiva» y «la inestabilidad macroeconómica», a diferencia de Uruguay, que «es un país muy abierto», la «cultura es parecida» y, «finalmente, está cerca».
Se trata de países hermanos: los uruguayos miran Argentina por el impacto en su economía, la necesidad de recibir el consumo de los argentinos y la inversión inmobiliaria, mientras hoy muchos uruguayos cruzan a consumir por las diferencias cambiarias.
Según dijo Elizondo a la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay recientemente, Argentina tiene un sistema que está «eclosionando», pero «mucha fortaleza en la economía real» y previó que cualquiera que gane las elecciones presidenciales de este año -sea del peronismo o de la oposición- será «más internacionalista». EFE