Por Natalia Kidd
Puerto Iguazú (Argentina), 2 jul (EFE).- Las imponentes Cataratas del Iguazú, reconocidas como Patrimonio de la Humanidad y una de las siete maravillas naturales del planeta, se convierten por estos días en el telón de fondo de privilegio de la LXII cumbre de jefes de Estado del Mercosur.
Los presidentes de los cuatro países socios del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y aquellos de los países asociados invitados a participar el próximo martes de la cita regional posarán para la tradicional foto de familia, si la meteorología lo permite, con la exuberante Garganta del Diablo, el mayor de los saltos del río Iguazú, a sus espaldas.
«Esa foto es la que va a recorrer el mundo y nos va a ayudar a seguir posicionando este destino turístico, que es único, natural, sustentable y seguro», dijo a EFE Leo Lucas, presidente del Ente de Turismo de la ciudad argentina de Puerto Iguazú, situada a unos 1.300 kilómetros al noreste de Buenos Aires y puerta de entrada a las Cataratas.
La cumbre, que se iniciará este lunes con una reunión de los ministros de Exteriores del bloque, se desarrollará en un lujoso hotel administrado desde 2017 por la cadena española Meliá y emplazado dentro del Parque Nacional argentino Iguazú, desde donde se tiene una vista panorámica de las Cataratas.
Este conjunto de saltos de agua, considerado por muchos como el más bello del mundo, es compartido por Argentina y Brasil y se encuentra, además, a pocos kilómetros de la «triple frontera» con Paraguay, por lo que bien puede ser considerado como el «corazón» geográfico del Mercosur.
«Somos un gran destino de turismo internacional, que permite en menos de una hora estar en tres países que, precisamente, trabajamos en conjunto porque entendemos claramente que es un valor agregado para el turista que decide venir a visitar las Cataratas», resaltó Lucas.
MARAVILLA NATURAL
Justo en el límite con Brasil, el caudaloso río Iguazú se desploma en un farallón semicircular con unos 270 saltos y cascadas de hasta 80 metros de alto y 2.700 metros de anchura, configurando un espectáculo natural singular, enmarcado en los verdes perennes de la selva paranaense, la ecorregión con la mayor biodiversidad de Argentina.
Ubicado en el extremo noreste de Argentina y creado en 1934, el Parque Nacional Iguazú, que cobija las afamadas cataratas y protege 67.698 hectáreas de selva, es el más visitado del país, con cerca de 1,4 millones de visitantes en 2022 y que apunta a superar este año el récord de 1,6 millones de visitas de 2019, previo a la pandemia de covid-19.
«Nosotros resguardamos la naturaleza, la biodiversidad, la presencia de aves, mamíferos, peces, mariposas… Y la gente queda encantada cuando se encuentra con esta magnitud de aguas cayendo, la altura de los saltos y la belleza de la selva», dijo a EFE Ireneo Da Costa, que desde hace 15 años es uno de los guardaparques que custodian este tesoro.
Varios circuitos de pasarelas y senderos permiten apreciar las cataratas de cerca y adentrarse en las nubes de bruma de las cascadas.
Hay excursiones en lancha neumática que se adentran por el río Iguazú hasta la base de algunos saltos y hasta la posibilidad de visitar el parque en las noches de luna llena, una experiencia realmente inefable.
«Soy feliz de trabajar como un soldado más, cuidando, por el bien de la humanidad, la naturaleza, lo hecho por el Creador», aseguró Ireneo, que sabe contagiar a los visitantes el resto y el amor por la fauna y la flora de este rincón del mundo.
Al otro lado de la frontera, en territorio brasileño, está el Parque Nacional Do Iguaçú, que protege 185.262 hectáreas en los alrededores de las cataratas.
Ambos parques nacionales han sido declarados como sitios de Patrimonio Mundial por la Unesco, mientras que las Cataratas del Iguazú fueron elegidas en 2012 como una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo.
CUMBRE SELVÁTICA
Puerto Iguazú, a unos 20 kilómetros de las Cataratas, ya fue sede de una cumbre del Mercosur en julio de 2004 y ahora se prepara para la nueva cita del bloque sudamericano con fuertes medidas de seguridad en la zona y en el aeropuerto local, situado a unos 10 kilómetros.
El dispositivo, sin embargo, no impide el acceso de los turistas al parque.
«Aunque la cumbre se hará en el hotel dentro del parque nacional, esto no interfiere con el ingreso de los visitantes al parque. Quien venga sabrá que los presidentes están allí trabajando y podrán seguir disfrutando de las Cataratas», señaló Lucas.
EFE
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